jueves, 28 de octubre de 2010

Rockin’ Halloween Ball – No exactamente una gala de telesinco


Halloween parece que no nos pertenece. Que no es cosa nuestra, como tampoco lo es ese pestilente San Valentín cortinglesesco constelado por odiosos ositos de Tous. Pero sólo lo parece, porque la de muchos de nosotros es una formación eminentemente Pop. Una formación donde elementos folklorísticos (y no tanto) a priori ajenos a nuestro entorno, han formado irreparablemente parte de la forja de nuestras percepciones y puntos de vista.

Para nosotros, los que vivimos ahí abajo, en la sombra, alejados de grandes superficies y modas pajilleras, habitantes de habitaciones realmente pequeñas, rodeados de discos y libros y ropajes e ideas que parecen peligrosas, orgullosos de nuestros graduados y licenciaturas en underground; para nosotros, decíamos, Halloween es esa expresión del Kitsch Teen que asociamos a la serie B y Z del Hollywood marginal clásico, y a fiestas en subterráneos que se desconocen, y endemoniadas calabazas que cobran vida ante compases de primitivo R&B de acordes rápidos; de sonidos crudos. Sonidos caníbales. Sonidos reducidos al hueso. Purita osamenta sónica.

Eso, sólo eso, es Halloween para nosotros.

Por eso, precisamente, nos hacemos eco de este evento: porque no hablamos del Halloween de los grandes almacenes y de los anuncios de la tele y de galas de famosillos y demás parásitos. No señor.

Hablamos de un puñado de entusiastas que cruzan a toda velocidad, una y otra vez, y con el mayor gusto, la frontera entre los trepidantes sonidos de los 50, y los de los 60; y que lo harán recuperando la belleza artesanal de ese Pop poblado por James Dean en coma etílico, Vampira saliendo de ataúdes de cartón piedra, Boris Karloff poniéndose fino, Jayne Mansfield enseñándolo casi todo, y abundantes dosis de esos sonidos rápidos y óseos para no parar de bailar.

Rockin’ Halloween Ball
Domingo 31 de octubre @ Outsiders Bar
Av. Diagonal 337 (Verdaguer)
A partir de las 23h00
Entrada gratuita

lunes, 25 de octubre de 2010

Imelda May nos visita, y eso cabe celebrarlo


Lo que pasa con Imelda May es que, posiblemente, un buen puñado de adoradores de sonidos oscuros, alérgicos a modas y hypes, ignoren su obra y talento; puesto que ésta publica en una multinacional, vende discos a cascoporro y hasta hace crochets para centros comerciales frecuentados por el pijerío más tópico y falto de criterio.

Ese buen puñado de personas tal vez olvide que la May y su banda no dejan de ser músicos que, sin dar el brazo a torcer, y ofreciendo un show y un repertorio coherentes con ese pasado de inicios duros y militancia vintagista, tienen que ganarse el pan.

Y, oigan: Todo indica que lo están haciendo de manera honesta y sin oportunismos, más allá del hecho de que, ahora, por el motivo que sea, determinados sonidos se hallen encumbrados en ese 'Olimpo' (es un decir) de las tendencias.

Así que, si bien es probable que a la gira que May y los suyos muchos acudan porque hay que dejarse ver ahí, porque es ‘guay’, muchos otros lo haremos concentrándonos en la música, en la calidad de una banda capitaneada por el veterano Darrel Higham, marido de la May, con sus esenciales punteos al servicio de sonidos americanos del ayer y de la voz de esta cantante irlandesa que parece tener las lecciones oportunas muy bien aprendidas.

Y, ¿saben qué? Que nos va a dar bastante igual lo demás, porque sabemos que Imelda May y su banda no son fruto de una moda pasajera, pero que sí van a ser de aquellos pocos que beneficien de manera justa y ecuánime, de que algunos sonidos sean, hoy por hoy, lo más de lo más.

Pasarán por la Sala Bikini de Barcelona el jueves 11 de noviembre, presentando nuevo single y teloneados por The Margoes, barceloneses cultores del Rockin’ R&B.

Imelda May + The Margoes
Jueves 11/11/10
Sala Bikini
20h00h
Anticipada: 20€. Taquilla: 24€.

[Para más información sobre May y los suyos, diríjanse a la página web de la artit•ta en nuestra sección de links. Para echar un vistazo a las fechas de Valencia y Madrid, hagan click aquí]

miércoles, 20 de octubre de 2010

The Excitements le siguen echando bemoles, a base de caras Bs


Así, sin que ni siquiera hayan llegado aún las copias de la fábrica a los Penniman Records Headquarters, anunciamos con pompa, boato y querubinescos trompetines la nueva aventura singular de The Excitements: la banda local que más ha hecho suyo el rhythm and soul de calidad, ya sea en vivo (tal y como está quedando demostrado día tras día), ya sea en plástico de siete pulgadas, a modo de anticipo de un anhelado y próximo larga duración.

En esta segunda entrega, los de Barcelona se atreven con la versión de una pequeña joya de Stax, un recóndito R&B uptempo oculto en una cara B firmada por Barbara Stephens, durante la brevísima (y, al parecer, accidentada) permanencia de esta artista en el sello de Memphis, y que lleva por título Wait a Minute.

En la otra cara, un tema algo más habitual, si bien siempre enquistado -en su versión original- en la cara B de un 7 pulgadas, esta vez del sello Charge: Right Now, interpretado allá por 1961 por una huracanada Pearl Woods, acompañada por la banda de Little Richard.

Insistimos. Sin aún haber siquiera escuchado en condiciones (es decir, planchado; más allá del MySpace de la banda) este disco, ya podemos anticipar que nos gustará. Y a Uds. también. Claro.

viernes, 15 de octubre de 2010

Same Old Beat aluniza en el barrio de Gràcia

Los más pragmáticos de Uds. lamentarán la alarmante falta de información de la que, el flyer adjunto, hace gala; donde no figura prácticamente nada acerca de la fiesta que presuntamente anuncia.

Otros, en cambio, aplaudirán el minimalismo y, de alguna manera, el secretismo que se desprende del mismo. El decir esto no significa nada para quien no esté en el ajo pero, ah!, los que sabemos de qué va esto lo entendemos todo, t-o-d-o!

Sea como sea, sirvan estos renglones para explicar lo que este (bonito, muy bonito; precioso) flyer diseñado por el amic Marc Verdaguer omite.

Sepan, de antemano, que se trata de buenas noticias. Porque no se puede sino definir como excelente noticia el hecho de que el colectivo Same Old Beat, integrado por Lluís Cardenal y el propio Marc Verdaguer, bajo su alias, Wrongeye, despegue de su radio de acción, ubicado en el área de Banyoles (Girona), y recale en Barcelona.

Más concretamente, en Switch Bar, un pequeño establecimiento encajado en el barri de Gràcia.

El dúo ofrecerá, mañana sábado 16 de octubre, un recorrido a través de sus beats favoritos. Negritud, gritos y susurros. Soul, R&B y Funk. Jazz instrumental, Jazz vocal; Jazz para bailar. O para intentarlo, a pesar de las exiguas dimensiones del local en cuestión.

Podrá tratarse del Same Old Beat, pero ¿hay otro mejor?

Same Old Beat @ Switch Bar
Sábado 16 de octubre
23h30 - 03h00
C/ de Francisco Giner, 24
Entrada libre

viernes, 8 de octubre de 2010

Mendoza Menswear – Oasis de estilismo en Brick Lane


Como algunas/os de Uds. sabrán, Brick Lane es esa bonita zona mercadillesca de Londres, donde resulta deseable pasar el día revolviendo entre toneladas de ropa de antaño, algunos discos polvorientos y darle guerra a sus esófagos con alguno de los potentes currys que tenderetes y restaurantes de la zona ofrecen por módicos precios.

La verdad es que es un sitio agradable donde pasear y dejarse ver, pero –siendo sinceros- poquísimas son las probabilidades de que en medio de ese océano de trapitos de segunda (y tercera, y cuarta) mano, emerja algo decente, para cubrir con algo gloria sus cuerpos.

Una vez ahí, espérense comeduras polillescas, sietes y rotos, y toda suerte de taras en la inmensa mayoría de las prendas que vayan a pasar por sus manos; bien debidas a una fabricación defectuosa, bien sea por el inexorable paso del tiempo.

Es incluso probable que la desesperación se apodere de Uds., como esos ficticios contextos apocalípticos en los que el pobre desgraciado de toda la vida, que por un casual ha sobrevivido, tiene a su alcance todo el dinero del mundo, pero este ya no sirve ni para limpiarse las partes pudendas.

Es, pues, comprensible que tras bucear a través de ingentes cantidades de vestiduras en estado terminal concluyan que, en fin, al menos el paseo ha sido bonito y vamos a colmar la -hoy malograda- pulsión de acumular ropajes, poniéndonos finos de Samosa en el primer paki que nos crucemos.

Stop! Paren! No se precipiten!

Antes de saturar sus bolsas estomacales con trozos de animal muerto rehogados en especias que les repetirán hasta sus bodas de plata, fíjense bien. ¿Ven? Sí, es esa tiendecita pequeña, de entrada negra, fácilmente ignorable si no fuera por esa 175 TV aparcada delante. Esa es su meta, siempre y cuando sean Uds. caballeros de gusto inequívocamente modernista.

En Mendoza, podrán darse de bruces con bonitas camisas
DNA Groove, con eximios polos de Roberto Carlo o Gabicci y, en general, con ropa de ayer y hoy en excelentes condiciones y escogida con ese plúmbeo criterio que tiene al ‘todo vale’ por archienemigo jurado y eterno.

Además, y por si les asaltan dudas a la hora de hacer su compra -es axioma lo de que la calidad se paga, y Mendoza no es especialmente barato-, cuentan con empleados pertenecientes a su mismo entorno (sí, el de personas para las que pensar en combinaciones de ropa no es perder el tiempo, sino invertirlo sabiamente), que les van a asesorar con elegante franqueza, sobre qué les puede sentar mejor.

Ahora sí. Tras visitar la tienda y firar-se a base de bien, ya pueden ir a darle vidilla a su úlcera con ese curry!

[La página web aún en ciernes, la pueden consultar a través de Uds. ya saben dónde, ahí abajo]

miércoles, 6 de octubre de 2010

Big Bang Bar – Solera y aullidos vintagistas en la noche del Xino

No apto para claustrofóbicos, el Big Bang Bar ha sido, desde siempre, uno de esos antros donde casi parece obligatorio dejarse caer durante los merodeos nocturnos por las inquietantes calles del Barri Xino (sí, lo llamamos Barri Xino, que es su nombre de toda la vida, y no Raval, que es el nombre-engañifa con que lo empezaron a llamar post-olímpicos señores con traje de Cortefiel).

Pequeño, estrecho, dinámico; este enjuto bar siempre fue el sitio indicado para esos primeros conciertos de bandas en busca de comunión directa con sus públicos pioneros; y también para pasar y echar unas cervezas.

Lo que pasa es que, ahora, también es un sitio donde quedarse. La de trascender la condición de garito de paso es una opción felizmente contemplable.

Sin pretender modeLnizarlo, ni pretender convertirlo en un local posmoderno de diseño para Erasmus, el Big Bang obró, hace cosa de dos años y ahondando en su bien merecida solera, una transformación que ha resultado en una mejora sustancial.

Es esta mejora la culpable de que ya no sea sólo ese local donde ir a ver un concierto y/o pasar a tomar unas birras antes de volver a ser deglutidos por las golas de la noche xinesca, sino un local donde llegar, quedarse y, acaso, echar unos bailes sobre las baldosas de su escueta pista de baile.

Todo ello, gracias además al aporte de nuestro colega Sergi, aka Red Sideburns, uno de los rostros míticos del entorno Ted barcelonés, quien ocupa la cabina del local cada viernes y sábado, brindando un ecléctico set donde nunca faltan R&B, R&R, Rock-a-Billy, Doo Wop, Swing, Jazz y devaneos con Mambos y Chachachás de gratísimo sabor vintagista.

Completan tan incomparable marco de belleza, jam sessions de Jazz, conciertos, teatro y una fauna donde no faltan algunas de las más bizarras personalidades de ese barrio, el Xino, que por mucho que digan, querremos seguir considerando como esa portuaria y laberíntica ciudad sin ley de una Barcelona cada día más homogeneizada.

Big Bang Bar
C/ Botella 7 - 08001
De 21h45 a 02h45

[Para más información, disponen Uds. del enlace a la (muy cuca) página de este establecimiento en nuestra sección de links. Esa que vamos actualizando para que Uds. no nos den ni las gracias, ni las de nadas, ni los buenos días]

lunes, 4 de octubre de 2010

Keb Darge se dedica al Rockin’ R&B – y así lo hace constar


Glorioso track listing en esta primera incursión compiladora dedicada al Rocking R&B de la mano de Keb Darge, ese chaladérrimo escocés por cuyas manos han ido pasando, a lo largo de los últimos 40 años, toda suerte de obscuras joyas de Rare Soul, Deep Funk (término y escena prácticamente acuñadas por él), Rock-a-Billy, Dancefloor Jazz y, tal y como sale ahora a la luz de la mano de BBE Records, sabrosos cañonazos de Rockin’ R&B.

Ese, el de las 20 joyitas aquí plastificadas, es in duda el aspecto indiscutiblemente dulce de esta recopilación que, por otro lado, nos lleva a plantear el excesivo endiosamiento de la figura del DJ y selector, en detrimento de quienes realmente han sido siempre los artistas: aquellos/as que componen, arreglan, graban e interpretan las canciones. Esas canciones.

Porque si tiene que ser imprescindible que salga en portada el nombre de los compiladores (en esta aventura, Darge cuenta con el aporte de Little Edith), más imprescindible debería ser que el de los artistas que conforman la recopilación también figuraran, con nombre y apellidos, en la misma. ¿No les parece?

Porque sí, vale, ok: Keb Darge es mucho Keb Darge. Qué duda cabe.

Durante años ha sido un gran innovador, un descubridor de gemas, un precursor de sonidos chachis, un ‘O’ pioneer de canciones impensablemente bellas, un incansable picapiedra en perpetua búsqueda de grandes e ignotas tonadas. Nadie quiere negarle a este buen hombre el mérito. Acabáramos.

Pero esas gemas y zafiros y esmeraldas vinílicas enquistadas en las profundidades de la tierra y reflotadas hacia la luz del día y (más importante) la de los clubes, tienen autores a los que aplaudir, bailar, homenajear y adorar por su trabajo.

En este caso, aquí encontrarán lujosísima pedrería a la que rendir la debida pleitesía. Aquí podrán escuchar temas bellos e ignotos de Johnny Guitar Watson, de Marie Knight, de los Rays y de los Titans, de Little Ike, de Harold Jackson, del inmenso Junior Wells y de muchos más.

De personas que, por su obra y legado, merecerían ocupar un lugar preponderante, respecto al del seleccionador. De igual manera que esas batallas que cuentan los libros de historia, no son mérito del historiador. Lo es su narración y chapeau por ello; pero las batallas las combatieron otros.

Así las cosas, es bien cierto que no podemos por menos que recomendar esta recopilación por su contenido, escogido con criterio, y que les costaría océanos de tiempo y partes vitales de su organismo atesorar en su vinilo original.

Pero permítasenos el apostillar que, en cuanto a presentación, sentimos mayor predilección hacia esas otras recopilaciones donde el protagonismo se da a la música y a quienes la perpetraron. Aunque el recopilador también atesore el CV de un auténtico fuera de serie como es el caso, por citar el primer ejemplo que se nos ocurre, de Mr. Finewine y sus gloriosos buceos por las coralinas profundidades de los sellos King, Federal y aledaños.

Donde hay patrón no manda marinero ¿no creen?

[Para mayor información, o incluso darle al botoncito de add-to-cart para adquirir su copia de este doble álbum repleto todo él de temazos, acudan a la página de BBE en nuestra sección de enlaces]