lunes, 28 de febrero de 2011

II Gure Gauza Mojo Workin’ R&B Weekend – Donosti se tiñe de ritmo y blues


Donosti estuvo en el mapa largo tiempo ¿saben?

Naturalmente, queremos decir que estuvo en el mapa del R&B y, más en general, de la música afroamericana. Nos referimos pues a n-u-e-s-t-r-o mapa, el que miramos cuando vamos a viajar, junto al otro, el de la gastronomía imprescindible, donde todo Euskadi lleva presente desde tiempos inmemoriales.

De todos modos, decíamos, Donosti estuvo en el mapa del R&B, gracias a la tienda Beltza Records (que todavía persiste con excelente salud) y a un exiguo pero comprometido núcleo de defensores de determinados sonidos.

Mas el tiempo pasa, y llegó un triste momento en que la ciudad entera pareció desaparecer. Cuando marcábamos las coordenadas para darnos de bruces con negros sonidos vintagistas, no figuraba. Como esos restaurantes a los que les quitan su estrella Michelin y -zácate!- desaparecen del plano que se supone que se supone que les corresponde.

Por suerte, sólo lo parecía.

Desde hace unos 10 años he estado montando fiestas puntuales en esta ciudad, y hace unos cuantos años empecé la edición de mi fanzine, Historia de la Música Afroamericana”, explica el donostiarra Arkaitz Kortabitarte García, más conocido como Dr. Punko, editor del susodicho fanzine y coorganizador, junto a sus amigos Mikel Pérez y Jokin Arizmendi, del Gure Gauza Mojo Workin’ R&B Weekend; que celebra su 2ª edición los próximos 18 y 19 de marzo.

El cartel no puede ser más prometedor, con el directo de Lord Rochester y de los Flamin’ Guays y alldayers y allnighters con numerosos DJs como –por citar a los de casa- Lluís Cardenal o nuestro Jordi Duró. Una apuesta sin duda difícil para este “pequeño número de aguerridos guipuzcoanos que resisten al invasor” que, cuando se enfrascaron en la aventura de hacer un weekend de este nivel en su ciudad, se dio de bruces con no pocas dificultades.

Por ejemplo, el público.

La mayoría de la gente que viene a las fiestas lo hace por inercia, por alguna moda pasajera o simplemente porque les gusta mucho, pero al día siguiente se olvidan de todo y se van a otro sarao completamente opuesto. De todas maneras, nosotros preferimos ser pocos pero verdaderos amantes de esta música, que muchos que al día siguiente se apunten a cualquier otro carro

¿Y respecto a los locales?

En la ciudad hay de todo...algunos ni te hacen caso cuando les propones hacer algo de este tipo, y otros te ayudan en todo lo posible. Mención aparte merecen el Eiger, el Bukowski y la Sala Mogambo, que siempre nos han recibido con los brazos abiertos para montar cualquier tipo de sarao”, prosigue Punko quien apostilla, tajante, que “de las instituciones públicas, pues mejor ni hablamos”.

Como si alguien las echara en falta!

De todos modos, vayamos a lo que importa: “El que venga al Mojo Workin', se encontrará con prácticamente 48 horas de actividades en torno al R&B. También locales espaciosos, con aforo limitado para que todo el mundo pueda bailar sin problemas. Gracias además a ese aforo limitado creemos que se creará mejor ambiente ya que no habrá que aguantar a nadie venido de Marte, que aterrice en la fiesta a tocar las narices”, asegura Punko, quien estima que el 50% de asistentes será de Euskal Herria y el 50% de fuera.

Gente que acudirá a Donosti para, además de degustar sus habituales exquisiteces en materia de casi todo, constatar como sí sigue en el mapa.

En nuestro mapa.

Y muy bien situada.


[Para adquirir las entradas para este evento, con un aforo limitadísimo a 120 almas, dense prisa en escribir a Arkaitz en punko@euskalnet.net. Y rapidico que se las llevan de sus manos!]

lunes, 21 de febrero de 2011

Sound Me Out! – Aquí tenemos OT; allí, a Wheelie Bag


¿Wheelie Bag, estrella televisiva?

En efecto, señora! Tras ganarse el respeto, admiración, cariño y pleitesía por parte de todos los ambientes vintagistas, el afamado (hasta hoy era un decir, tal vez las cosas cambien) pinchadiscos se presenta en las narices de la BBC con un episodio piloto del que sería su programa televisivo, Sound Me Out!, donde enfermos de varias familias estético-musicales comparten con él su pasión por oscuros siete pulgadas de estilos variados.

Variados pero macanudos todos ellos, no les quepa duda.

Ni que decir tiene que a nosotros, subdesarrollados habitantes del margen sur de Europa, todas estas cosas nos parecen ciencia ficción, y si en la tierra de Albión un hombre como el Sr. Bag puede optar a tener su propio programa, nosotros nos damos con un canto en los dientes por ver el hundimiento de OT y toda esa pléyade de impresentables carapijos que se llenan la boca de palabras como ‘talento’, cuando no sabrían verlo ni delante de sus empolvadas narices.

Pero mientras la principal apuesta musical de la caja tonta de este país es la preselección de qué adefesio musical nos va a representar en la farsa eurovisiva, o programas tope de modernos donde un presentador enrollao entrevista a lechuguinos veinteañeros con barba y caspa que hacen folk pop nórdico-minimalista con toques de electrónica avanzada, Wheelie Bag, habitual en certámenes de criterio contrastado como el Funtastic Dracula y señor con cara de no haber roto un plato en su vida donde los haya, se lanza a la conquista de la pequeña pantalla británica a lomos de su sound cruiser - el nombre que recibe el sound system portátil inventado por él-, maravillosos sonidos ignotos y grandes dosis de sentido del humor.

En fin. Si el primer paso hacia la civilización parece que lo hemos dado al prescindir de la inflamación genital que provoca la sola existencia de OT, aún estamos en la edad de piedra.

Aunque, tal vez, como esos monosabios del principio de 2001 Odisea en el Espacio, sepamos levantar la vista hacia el cielo, ver el monolito, recrearnos con la casquería de los televisivamente recién exterminados triunfitos, y dar un paso más hacia la Era Moderna.

Seguro que Wheelie Bag nos estará esperando.

[Para más información pueden acceder a la página de Wheelie Bag en nuestra sección de enlaces o ver por Youtube el programa piloto de Sound Me Out! Haciendo click AQUÍ!]

miércoles, 16 de febrero de 2011

Blues Flame – calor elegante para el espíritu


Guitarra, voz y harmónica. Todo muy esencial. Fundamentalmente negro. Voces ásperas. Nervios tensos.

Elegante con navaja, sonriente pero seco y, sobre todo, minimalista; porque, Uds. ya lo saben, less is more y aquí nunca nos cansaremos de repetirlo. Como un mantra.

Guitarra, voz y harmónica: dos tíos son suficientes. Dos tíos con sus agallas, sus batallitas; su blues. Dos tíos con sus gafas de sol aunque sea de noche y estemos dentro de un club. Dos tíos enfundados en sendas Ivy Oxford, que se comen el humeante escenario. Dos tíos con más matarratas que sangre en las venas. Y que aúllan como Howlin’ Wolf, aunque sean blanquitos.

Dos tíos. ¿Ya lo hemos dicho, verdad?

Sus nombres son Paul Newman y Claudio de Rossi. De ellos ya hemos hablado, respectivamente, AQUÍ (refiriéndonos a la anterior banda del inglés, afincado en Perpignan) y AQUÍ (refiriéndonos al prestigioso negocio de ropa online del italiano afincado en Sils).

Juntos, han pasado por un sinfín de bandas: The Clique, The Knave, The Fyxed, The Voodoo Boilers y Dirty Rotten R&B Band (Paul) y The Immaculates, Mastica y Midnite Special (Claudio).

Los dos se han hartado de compartir escenario con quien no les entiende y, aprovechando la relativa cercanía de sus residencias, han decidido unir esfuerzos para dar forma a Blues Flame, que es como decir que en pleno 1963 se zambullen Uds. en la cavernosa oscuridad de un club londinense para disfrutar del directo de un Rod Stewart con recién descubierto el mundo mod. R&B de blancos queriendo ser negros.

La voz rota de un north londoner de camisa impoluta que sueña con aullidos de Chicago.

Volviendo al dúo que nos ocupa: sepan que Claudio y Paul no son de los de tener prisa. Por eso, hasta la fecha, Blues Flame sólo ha actuado una vez en el Festival de Blues de Perpignan y, hasta Semana Santa, que es cuando se subirán al escenario del veterano Italian Job Mod Rally de Rimini (Italia) no tienen previstas más exhibiciones en directo.

Entretanto, los ensayos se suceden y a la expectación por verles por nuestras latitudes parece que le hayan echado levadura de tanto que crece.

Así que aquí estamos nosotros, expectantes de ver a estos dos sujetos desgranando lo que no han dejado de ofrecer en todos estos años de conciertos, allnighters, borracheras y pasos de baile: negritud de fan no-onanista, coolness Ivy Leaguer y ese insobornable espíritu DIY, tan grato en estos tiempos en que la sola pronunciación del vocablo ‘autosuficiente’ genera miradas de recelo, como si nuestro interlocutor cayera de pronto en la cuenta de que está hablando con un pterodáctilo.

Pero aunque se hayan inventado los climatizadores con pantalla táctil, nosotros seguimos prefiriendo el calor negro, crudo y analógico que emana de esta llama. De esta Blues Flame.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Dos joyas olvidadas de Spencer Wiggins ven, ya era hora, la luz del día


¿A Uds. no les pasa habitualmente? ¿No se quedan perplejos, ante la calidad de temas que en su día no vieron la luz, y sólo años después son exhumados del más absoluto, polvoriento y amojamado olvido?

Les citamos sólo tres (de entre miles de) ejemplos: el It’s Torture, de Maxine Brown, el You Only Live Twice de Lorraine Chandler y el Good News, de los Hytones.

Los tres tienen dos cosas en común: que son exquisitas piezas extraviadas y felizmente reencontradas de la música del alma; y que su rescate vino de la mano de Kent Records, uno de los principales culpables del desarrollo de las escenas Soul sur-europeas, gracias a su infatigable labor en estos últimos 30 años.

Pero volvamos un instante a esos tres ejemplos: ¿al júbilo propio de que sus tímpanos se vieran por primera vez acariciados por tan perfectas melodías, no se sumó un regurgito de indignación al darse cuenta de que estos temas se editaban sólo decenios después de que fueran pergeñados? ¿No se preguntaron cómo es posible que nadie apostara, en su momento, ni una miaja por esas maravillas y las relegara a criar polvo en una andrajosa estantería?

Y, ahora, a por otro!

Bueno, pues algo así de inexplicable ocurre con el nuevo bombazo en 7 pulgadas que, de nuevo, Kent pone a nuestro alcance para empezar con buen pie este 2011: dos temas absolutamente olvidados en el fondo de catálogo de esa accidentada Fame Records de Atlanta, a través de la que Rick Hall diera su enorme contribución a la humanidad con su Muscle Shoals Sound, firmados por el gran Spencer Wiggins, del que el sello ya había reeditado recientemente su fabuloso Let’s Talk it Over.

¿Fame? ¿Muscle Shoals? ¿Spencer Wiggins? En efecto, espérense de nuevo una sólida y, nunca mejor dicho, musculosa sección de vientos respaldando tempos no excesivamente elevados que acompasan una voz que escupe alma por cada cuerda vocal, la de ese Wiggins (ya en 1969, sólo cuatro años antes de retirarse del showbiz) curtido en Memphis.

Y si I'm at the breaking point, la cara A, es un tema indicado para girar en la pista de baile mano-en-el-pectoral-ojos-cerrados-y-expresión-compungida-de-deleite-emocional, la cara B es una excelente y súper soulful versión del clásico popularizado por Bettye Swann, Make Me Yours.

Y, si son Uds. más bien completistas

Por supuesto, si desean más, Kent tiene lista para Uds., eso sí en posavasos y no en vinilo, una exhaustiva recopilación que se zambulle en las grabaciones de Wiggins para Fame y XL entre mediados/ finales de los 60 y los primeros compases de los 70.

Una magnífica manera de descubrir a uno de los héroes semi olvidados del mejor soul sureño. Y es que si un Peter Guralnick le trata con la reverencia con la que uno se dirige humildemente a una deidad, por algo será.

E incluso los temas inexplicablemente inéditos, así lo corroboran.

[Para hacerse con su copia ipso facto, o escuchar el tema y obtener más información, pueden desperezarse un poco, para variar, y visitar nuestra sección de links. Tampoco les costará mucho porque a Uds. les interesa la letra ‘a’ de Ace Records, enlace para penetrar en el catálogo de Kent y que empiece el babeo]

martes, 8 de febrero de 2011

R&B vocal en Cerdanyola del Vallès


Más noticias jubilosas por parte de The Spakles, uno de las principales voces protagonistas de la esfera doo-woppesca de Barcelona, que actuará el viernes 11 de febrero en la Sala Circus de Cerdanyola de Vallès, a partir de las 22h30, y exprimiendo sus cuerdas vocales para solaz de la concurrencia local.

Y, para no descontextualizar, DJ Pei amenizará el resto de la noche, dicen, con un repertorio de 50s & early 60s sounds para no dejar de rocanroelar ni un instante.

Sala Circus
C/ Parcers n 9 Cerdanyola del Vallés (Barcelona)
Entrada: 6 €

viernes, 4 de febrero de 2011

Ode to Bar Ramón



El Bar Ramón cierra.

Por obras.

Será cosa de unos dos meses
.

Estas tres oraciones breves caen como una jarra de agua fría sobre nuestros cráneos. Porque a la buena noticia de que el cierre será sólo temporal y por trabajos de insonorización que permitan al local cubrir todos los estándares, cabe sumar el anverso negativo: esa sensación de desértica soledad en nuestras laringes, de repentino abandono de nuestras costumbres, de orfandad etílica. Ese malestar que nos va a acarrear tener a nuestra barra de referencia cerrada, que encaramos con la misma expresión afligida de aquel chucho de los anuncios, ese que jamás te abandonaría.

Nosotros nos sentimos, ahora, como ese chucho.

Nosotros somos, ahora, esas almas tristes y solitarias. Somos esos codos en busca de una barra sobre la que reposar. Somos esas conversaciones socarronas que no tienen dónde estallar, que hay que deglutir en sustitución del rubicundo frescor de la cerveza tirada en esas jarras blancas que son el heart & soul del Bar Ramón. Somos esos oídos deseando oír las risotadas de Slim Gaillard y sus compinches de fondo mientras, más abajo, nuestras fauces mastican una croqueta de cabrales.

El Bar Ramón cierra.

Por obras.

Será cosa de unos dos meses.

Y seguimos sin hacernos una idea. Seguimos sin aceptar el hecho, sin encajar el golpe. Sin tragar con la hostia. Seguimos… ¿Cómo seguimos? Seguimos como esos mutilados que a veces todavía sienten esas extremidades a las que sustituye un grotesco muñón. Seguimos degustando las cervezas y esas conversaciones de David o Yoli, contándonos cómo hacen la calçotada en Rodonyà. Y, simplemente, no aceptamos -no queremos asumir- que eso no ocurrirá.

Al menos, no en los próximos dos meses.

Y aquí estamos. Derrotados por la aflicción. Alicaídos. Pensando en otros santuarios a los que acudir, sin que se nos ocurran cuáles. Devotos en busca de un espacio en el que liberar el góspel cervecero que llevamos dentro. Fieles que dan comienzo a un largo éxodo que les llevará por inhóspitos desiertos, donde sed y soledad serán nuestra mezquina compañía.

El Bar Ramón cierra.

Por obras.

Será cosa de unos dos meses.

Es nuestra oración. Nuestro lamento. Nuestro blues. Mientras las lágrimas se mezclan a la cebada de nuestra jarra blanca y le echamos un trago que nos sabe a como debe saber ese último polvo antes de la mili.

martes, 1 de febrero de 2011

Little Victor celebra sus 30 años de activismo rhythmandbluesero


1981. Algún sitio del sur de EEUU. Un chaval de 14 años entra a cantar en un grupo de versiones de Sun Records, los Sunbeams; probablemente sabiendo ya que eso va a ser su vida. Porque cuando a los 14 años tu mayor pasión es resucitar mediante tus cuerdas vocales el catálogo de Sam Philips, es que tienes las cosas muy claras.

Al chavalín, que sólo dos años después se agenciará su primera harmónica y se empezará a adentrar por los húmedos y humeantes recovecos del blues de su tierra, se le conoce como Little Victor y aunque los años hayan pasado y mida ahora más de dos metros, él sigue con ese nombre a cuestas. Como cuando en casa te llaman Jaimito o Miguelito, a pesar de ser un armario ropero con chepa, un ojo de cristal, 3 dedos en cada mano y ocho condenas por asesinato.

El Pequeño Victor, decíamos, se compra su primera harmónica a los 16 años y aprende a usarla como es debido con verdaderos bluesmen afroamericanos de Memphis convirtiéndose en un Beale Streeter como, 20 años antes, pudieran serlo Bobby Bland o Johnny Ace 20 años antes.

Salto temporal por todo el morro

Permítasenos hacer un salto temporal de 30 años, y plantarnos de 1981 al 2011. Lo hacemos para no alargarnos demasiado, ya que la carrera de Victor es rica en detalles y grabaciones y hazañas bélicas, y por otro para ofrecerles un motivo sólido de cara a acudir a su myspace (nuestra sección de enlaces de ahí abajo mediante) para colmar todas las lagunas que estamos conscientemente generando.

En 2011, Little Victor ha atesorado un Grand Prix de la Musique francés y un Record Critic’s Award alemán, gracias al álbum que ha grabado junto al vetusto Louisiana Red, Back to Black Bayou, que le ha permitido además actuar junto a éste en la ceremonia de los prestigiosos Blues Music Awards de Memphis, a los que el dúo estaba lógicamente nominado.

Ahí estábamos, Red y yo, sentados en la mesa de al lado de Bobby Bland [el sumo Beale Streeter], y luego compartiendo escenario con leyendas como Buddy Guy, Lonnie Brooks, Billy Boy Arnold, Hubert Sumlin, Bobby Rush o Johnny Rawls”, nos comenta cuando le pedimos que nos ponga al día sobre en qué anda metido hoy por hoy. Y prosigue, “mi reciente Ep Blues Shakedown está vendiéndose muy bien, se pincha en clubes aquí y allá; el resto de temas de esa sesión de grabación saldrá en breve en mi próximo elepé, Boogie All Nite, grabado en el estudio de Kyle Harris en Phoenix, Arizona. El mismo donde Lee Hazelwood grabara tantos temas”.

La guinda

La sorpresita final, el dulcis in fundo, es que Victor va a ensamblar un repertorio específico para exhibirse, en directo, en el Boiler del próximo 12 de marzo, con un potente repertorio de sonidos que orbitan alrededor de las atmósferas más vintagistas del R&B y del Blues. “Estoy trabajando en el repertorio y escogiendo a los músicos para hacer sonar en el escenario de JazzRoom el mejor R&B”, asevera.

¿Se les ocurre mejor manera para celebrar 30 años de energía, sudor y lamentos?

Como para perdérselo!