Qué mal envejecían aquellos discos.
¿No se acuerdan? Aquellos discos de grupos que intentaban sonar a 60s (o 50s, o 70s), pero por límites presupuestarios debían conformarse con grabar en algún estudio de aquí, bajo la batuta de algún A&R absolutamente falto de criterio. Aquellas producciones digitales, llanas, vacías. Que intentaban recuperar aquel sonido orgánico de antaño, sin conseguirlo. A veces, nada más lejos.
Al final, un disco era bueno porque lo eran sus canciones. Y una buena canción es difícil de estropear. Pero… qué mal sonaban algunas!
¿Títulos, grupos? No nos hagan hablar, no nos hagan hablar. Sólo recuerden. Sólo escuchen. Sólo comparen. Sólo re-exhumen aquellos discos de su ayer grabados por grupos con pocos recursos. Y constaten qué mal han envejecido. Qué bien podrían sonar ahora, si en vez de 1995, la grabación se hubiese llevado a cabo ahora en un estudio como el que nos ocupa: el Circo Perrotti gijonés.
Aquí hablamos de la nueva apuesta personal de Jorge Muñoz Cobo, líder de los ya míticos Dr. Explosión: Amante del proceso artesanal, de las válvulas vibrando, del trabajo bien hecho. Hemos decidido charlar con él sobre su estudio, sobre a quiénes ha producido, sobre porqués y cómos.
Sobre criterio, vaya.
Amor y rechazo.
La fuerza del rechazo, ese gran motor. Porque a menudo hacemos cosas dejándonos alma y entrañas, y ello no es sólo fruto del amor por el objetivo que perseguimos, sino del odio visceral hacia aquellas cosas que nos disgustan. Y mucho. “Circo Perrotti nace de la pasión y el placer que me produce escuchar ciertos discos y, a la vez, el asco y la revoltura que me produce escuchar ciertos otros”, explica Jorge, quien, a sus 15 años “iba a las discotecas como cualquier teenager y me sentía un inadaptado. La música que ponían me ponía enfermo y no entendía por qué la gente bailaba tan alegremente aquella mierda. Especialmente, odiaba Life is Life de Opus”, especifica.
Por otro lado, “siempre me fascinó el sonido de las grabaciones de ciertos discos de los años 50 y 60. Esos ambientes de reverb tan misteriosos, atractivos y tan diferentes. Yo quería estar todo el tiempo metido dentro de aquellas cámaras de reverb tan tridimensionales de los primeros discos de los Stones, sentir la guitarra chirriar como en los discos de los Kinks”.
Primer paso, un grupo.
Así nació Dr. Explosion, la longeva banda de 60s Punk y R&R que, al principio, no se libró de lidiar con productores incompetentes: “En el año 94 harto ya de experimentos estériles en tres EPs y un primer álbum, me largué a grabar con Bruce Brand (Milkshakes y Headcoats) El Loco Mundo de los Jóvenes (segundo elepé de la banda) a un estudio que se llamaba Toe Rag, en Londres, a las órdenes del productor Liam Watson”.
Tan importante como los equipos que se emplearon durante la grabación, fue para Jorge el trabajar con Liam Watson y Bruce Brand: “Dr. Explosión desconocíamos totalmente las técnicas de grabación con las que se habían hecho todos los discos de R&R y hasta entones sólo conocíamos las aburridas técnicas de grabación donde todo se grababa de forma digital, pista a pista y por partes: primero la batería, luego el bajo.... un coñazo!". Esta experiencia fue, según Jorge, decisiva: “Un sueño a años luz de lo que se cocía por aquel entonces en España”.
Otro antecedente.
Superar obstáculos. Uno tras otro. Esta fue la dinámica a la que Jorge se enfrentó para hacer realidad su estudio. No obstante, el más importante fue el consabido obstáculo familiar. “Mi hermano Juan había abierto un estudio de grabación en 1985 en Gijón, pero había fracasado estrepitosamente y había echado el cierre en 1990. El caso es que mi familia no me apoyaba mucho, sobre todo después de que a mi hermano le hubiese ido tan mal con algo parecido. Así que tuve que ingeniármelas para ahorrar dinero y conseguir algunos préstamos en bancos. No fue hasta 2002 cuando me lancé a por todas y compré la mesa de mezclas Telefunken. Finalmente pude abrir en 2003 después de muchas aventuras, quebraderos de cabeza, buena suerte y horas y horas de trabajo”.
Por eso, para Jorge, “Perrotti es un proyecto personal que llevo yo solo. Es como una especie de sueño hecho realidad, además de la búsqueda de un sonido y de una forma de hacer las cosas de manera diferente. Eso sí, desde finales de 2007 colabora conmigo Mike Mariconda en algunos proyectos, hemos hecho juntos muchas producciones”.
Artistas y creatividad .
“Para mí, el trabajo de estudio es también hacer música, ya que la forma en que trabajo con los grupos la concibo más desde el punto de vista creativo que técnico: Tiene que haber un equilibrio entre todo y nada se puede descuidar”. Esa es la filosofía de trabajo de Jorge quien ya ha trabajado “con Holly Golightly, con The Cynics, con Jaime Urrutia, Sonny Burguess, Micky de Micky y los Tonys, Los Guajes, Billy Childish, The Wildthebeests, Masonics, Ludella Black, The Delegators, Granadians, The Canary Sect, Sheeta and the Weismullers, Nu Niles, Loveless Cousins y muchos más”.
Orgulloso de su trabajo con todos estos artistas “por igual”, Jorge confiesa que siente especial predilección por “el disco que hice con Micky. Este es un disco de R&R excitante! Podría compararse al experimento de Headcoats con Downliners Sect, por el concepto del trabajo en sí”.
Cómo no, su propia banda, Dr. Explosion, lo graba todo en su estudio: “Estoy terminando de mezclar un nuevo Lp de 12 canciones que saldrá después del verano y se titulará Hablaban con Frases Hechas. En el disco hay 10 canciones en castellano y dos en ingles y es un trabajo compuesto y grabado en el tiempo record de un mes y medio, de forma totalmente espontánea”.
“Por cierto – apostilla- en el disco hay un pequeño tributo a Barcelona, a sus alrededores y gentes, en parte debido a los 5 meses que viví allí en 2008”.
El equipo no lo es todo.
Quien vaya a grabar a Circo Perrotti, se dará de bruces con “un montón de cacharros antiguos y raros. Si acaso el más exclusivo por su precio astronómico sea un compresor Fairchild que, por cierto, suena muy bien. Lo que más llama la atención es una enorme mesa de mezclas Telefunken V800 de 1967, en parte por su gran tamaño y su diseño futurista-retro, que parece sacada de la serie de los Thunderbirds o Capitán Scarlet. Estas maquinas son raras de ver en los estudios hoy en día a no ser en un plug-in de ordenador. También hay una gran colección de amplis vintage: Fender Deluxe original de 1951, Ampeg B15 del 66, un Selmer Zodiac del 63 forrado de Tolex de cocodrilo que es tan acojonante a la vista como al oído. Micros de cinta de la BBC y RCA de los 40 y 50, un montón de ecos de cinta diferentes, reverbs EMT 140 y 240”.
Aunque (siempre hay un aunque), “el sonido en general que estoy consiguiendo en las producciones, y del que estoy muy orgulloso, no sólo lo dan las maquinas, sino también una determinada manera de hacer las cosas, o quizá la suma de todo”.
En suma…
… ¿qué debe esperarse un grupo o artista que va grabar a tus estudios?
“Como ya te dije antes, tiene que haber un equilibrio de todos los factores y nada se puede descuidar. Tiene que haber un criterio. Un buen arreglo para que suene bien. Si algo no suena bien por algún motivo hay que averiguar cuál es. Todo tiene que estar afinado correctamente, cada timbal, el bombo, la caja, las guitarras... todo”.
O sea: Perfeccionismo, amor por el trabajo bien hecho, pavor hacia lo hortera y musicalmente malsonante. Cero cabos sueltos, cero soluciones cómodas. Mucho equilibrio; muchas ganas de que ese disco, esa canción, perdure.
En una palabra, reiteramos, criterio.
Que es lo tiene que haber.
¿No se acuerdan? Aquellos discos de grupos que intentaban sonar a 60s (o 50s, o 70s), pero por límites presupuestarios debían conformarse con grabar en algún estudio de aquí, bajo la batuta de algún A&R absolutamente falto de criterio. Aquellas producciones digitales, llanas, vacías. Que intentaban recuperar aquel sonido orgánico de antaño, sin conseguirlo. A veces, nada más lejos.
Al final, un disco era bueno porque lo eran sus canciones. Y una buena canción es difícil de estropear. Pero… qué mal sonaban algunas!
¿Títulos, grupos? No nos hagan hablar, no nos hagan hablar. Sólo recuerden. Sólo escuchen. Sólo comparen. Sólo re-exhumen aquellos discos de su ayer grabados por grupos con pocos recursos. Y constaten qué mal han envejecido. Qué bien podrían sonar ahora, si en vez de 1995, la grabación se hubiese llevado a cabo ahora en un estudio como el que nos ocupa: el Circo Perrotti gijonés.
Aquí hablamos de la nueva apuesta personal de Jorge Muñoz Cobo, líder de los ya míticos Dr. Explosión: Amante del proceso artesanal, de las válvulas vibrando, del trabajo bien hecho. Hemos decidido charlar con él sobre su estudio, sobre a quiénes ha producido, sobre porqués y cómos.
Sobre criterio, vaya.
Amor y rechazo.
La fuerza del rechazo, ese gran motor. Porque a menudo hacemos cosas dejándonos alma y entrañas, y ello no es sólo fruto del amor por el objetivo que perseguimos, sino del odio visceral hacia aquellas cosas que nos disgustan. Y mucho. “Circo Perrotti nace de la pasión y el placer que me produce escuchar ciertos discos y, a la vez, el asco y la revoltura que me produce escuchar ciertos otros”, explica Jorge, quien, a sus 15 años “iba a las discotecas como cualquier teenager y me sentía un inadaptado. La música que ponían me ponía enfermo y no entendía por qué la gente bailaba tan alegremente aquella mierda. Especialmente, odiaba Life is Life de Opus”, especifica.
Por otro lado, “siempre me fascinó el sonido de las grabaciones de ciertos discos de los años 50 y 60. Esos ambientes de reverb tan misteriosos, atractivos y tan diferentes. Yo quería estar todo el tiempo metido dentro de aquellas cámaras de reverb tan tridimensionales de los primeros discos de los Stones, sentir la guitarra chirriar como en los discos de los Kinks”.
Primer paso, un grupo.
Así nació Dr. Explosion, la longeva banda de 60s Punk y R&R que, al principio, no se libró de lidiar con productores incompetentes: “En el año 94 harto ya de experimentos estériles en tres EPs y un primer álbum, me largué a grabar con Bruce Brand (Milkshakes y Headcoats) El Loco Mundo de los Jóvenes (segundo elepé de la banda) a un estudio que se llamaba Toe Rag, en Londres, a las órdenes del productor Liam Watson”.
Tan importante como los equipos que se emplearon durante la grabación, fue para Jorge el trabajar con Liam Watson y Bruce Brand: “Dr. Explosión desconocíamos totalmente las técnicas de grabación con las que se habían hecho todos los discos de R&R y hasta entones sólo conocíamos las aburridas técnicas de grabación donde todo se grababa de forma digital, pista a pista y por partes: primero la batería, luego el bajo.... un coñazo!". Esta experiencia fue, según Jorge, decisiva: “Un sueño a años luz de lo que se cocía por aquel entonces en España”.
Otro antecedente.
Superar obstáculos. Uno tras otro. Esta fue la dinámica a la que Jorge se enfrentó para hacer realidad su estudio. No obstante, el más importante fue el consabido obstáculo familiar. “Mi hermano Juan había abierto un estudio de grabación en 1985 en Gijón, pero había fracasado estrepitosamente y había echado el cierre en 1990. El caso es que mi familia no me apoyaba mucho, sobre todo después de que a mi hermano le hubiese ido tan mal con algo parecido. Así que tuve que ingeniármelas para ahorrar dinero y conseguir algunos préstamos en bancos. No fue hasta 2002 cuando me lancé a por todas y compré la mesa de mezclas Telefunken. Finalmente pude abrir en 2003 después de muchas aventuras, quebraderos de cabeza, buena suerte y horas y horas de trabajo”.
Por eso, para Jorge, “Perrotti es un proyecto personal que llevo yo solo. Es como una especie de sueño hecho realidad, además de la búsqueda de un sonido y de una forma de hacer las cosas de manera diferente. Eso sí, desde finales de 2007 colabora conmigo Mike Mariconda en algunos proyectos, hemos hecho juntos muchas producciones”.
Artistas y creatividad .
“Para mí, el trabajo de estudio es también hacer música, ya que la forma en que trabajo con los grupos la concibo más desde el punto de vista creativo que técnico: Tiene que haber un equilibrio entre todo y nada se puede descuidar”. Esa es la filosofía de trabajo de Jorge quien ya ha trabajado “con Holly Golightly, con The Cynics, con Jaime Urrutia, Sonny Burguess, Micky de Micky y los Tonys, Los Guajes, Billy Childish, The Wildthebeests, Masonics, Ludella Black, The Delegators, Granadians, The Canary Sect, Sheeta and the Weismullers, Nu Niles, Loveless Cousins y muchos más”.
Orgulloso de su trabajo con todos estos artistas “por igual”, Jorge confiesa que siente especial predilección por “el disco que hice con Micky. Este es un disco de R&R excitante! Podría compararse al experimento de Headcoats con Downliners Sect, por el concepto del trabajo en sí”.
Cómo no, su propia banda, Dr. Explosion, lo graba todo en su estudio: “Estoy terminando de mezclar un nuevo Lp de 12 canciones que saldrá después del verano y se titulará Hablaban con Frases Hechas. En el disco hay 10 canciones en castellano y dos en ingles y es un trabajo compuesto y grabado en el tiempo record de un mes y medio, de forma totalmente espontánea”.
“Por cierto – apostilla- en el disco hay un pequeño tributo a Barcelona, a sus alrededores y gentes, en parte debido a los 5 meses que viví allí en 2008”.
El equipo no lo es todo.
Quien vaya a grabar a Circo Perrotti, se dará de bruces con “un montón de cacharros antiguos y raros. Si acaso el más exclusivo por su precio astronómico sea un compresor Fairchild que, por cierto, suena muy bien. Lo que más llama la atención es una enorme mesa de mezclas Telefunken V800 de 1967, en parte por su gran tamaño y su diseño futurista-retro, que parece sacada de la serie de los Thunderbirds o Capitán Scarlet. Estas maquinas son raras de ver en los estudios hoy en día a no ser en un plug-in de ordenador. También hay una gran colección de amplis vintage: Fender Deluxe original de 1951, Ampeg B15 del 66, un Selmer Zodiac del 63 forrado de Tolex de cocodrilo que es tan acojonante a la vista como al oído. Micros de cinta de la BBC y RCA de los 40 y 50, un montón de ecos de cinta diferentes, reverbs EMT 140 y 240”.
Aunque (siempre hay un aunque), “el sonido en general que estoy consiguiendo en las producciones, y del que estoy muy orgulloso, no sólo lo dan las maquinas, sino también una determinada manera de hacer las cosas, o quizá la suma de todo”.
En suma…
… ¿qué debe esperarse un grupo o artista que va grabar a tus estudios?
“Como ya te dije antes, tiene que haber un equilibrio de todos los factores y nada se puede descuidar. Tiene que haber un criterio. Un buen arreglo para que suene bien. Si algo no suena bien por algún motivo hay que averiguar cuál es. Todo tiene que estar afinado correctamente, cada timbal, el bombo, la caja, las guitarras... todo”.
O sea: Perfeccionismo, amor por el trabajo bien hecho, pavor hacia lo hortera y musicalmente malsonante. Cero cabos sueltos, cero soluciones cómodas. Mucho equilibrio; muchas ganas de que ese disco, esa canción, perdure.
En una palabra, reiteramos, criterio.
Que es lo tiene que haber.
[¿Ansiosos por adentrarse en el mundo valvular de Jorge y su estudio? Escabúllanse en su página web a través de nuestra sección de enlaces. Y vean. Y sobre todo, escuchen.]