Mostrando entradas con la etiqueta Bar Ramón. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bar Ramón. Mostrar todas las entradas

viernes, 4 de febrero de 2011

Ode to Bar Ramón



El Bar Ramón cierra.

Por obras.

Será cosa de unos dos meses
.

Estas tres oraciones breves caen como una jarra de agua fría sobre nuestros cráneos. Porque a la buena noticia de que el cierre será sólo temporal y por trabajos de insonorización que permitan al local cubrir todos los estándares, cabe sumar el anverso negativo: esa sensación de desértica soledad en nuestras laringes, de repentino abandono de nuestras costumbres, de orfandad etílica. Ese malestar que nos va a acarrear tener a nuestra barra de referencia cerrada, que encaramos con la misma expresión afligida de aquel chucho de los anuncios, ese que jamás te abandonaría.

Nosotros nos sentimos, ahora, como ese chucho.

Nosotros somos, ahora, esas almas tristes y solitarias. Somos esos codos en busca de una barra sobre la que reposar. Somos esas conversaciones socarronas que no tienen dónde estallar, que hay que deglutir en sustitución del rubicundo frescor de la cerveza tirada en esas jarras blancas que son el heart & soul del Bar Ramón. Somos esos oídos deseando oír las risotadas de Slim Gaillard y sus compinches de fondo mientras, más abajo, nuestras fauces mastican una croqueta de cabrales.

El Bar Ramón cierra.

Por obras.

Será cosa de unos dos meses.

Y seguimos sin hacernos una idea. Seguimos sin aceptar el hecho, sin encajar el golpe. Sin tragar con la hostia. Seguimos… ¿Cómo seguimos? Seguimos como esos mutilados que a veces todavía sienten esas extremidades a las que sustituye un grotesco muñón. Seguimos degustando las cervezas y esas conversaciones de David o Yoli, contándonos cómo hacen la calçotada en Rodonyà. Y, simplemente, no aceptamos -no queremos asumir- que eso no ocurrirá.

Al menos, no en los próximos dos meses.

Y aquí estamos. Derrotados por la aflicción. Alicaídos. Pensando en otros santuarios a los que acudir, sin que se nos ocurran cuáles. Devotos en busca de un espacio en el que liberar el góspel cervecero que llevamos dentro. Fieles que dan comienzo a un largo éxodo que les llevará por inhóspitos desiertos, donde sed y soledad serán nuestra mezquina compañía.

El Bar Ramón cierra.

Por obras.

Será cosa de unos dos meses.

Es nuestra oración. Nuestro lamento. Nuestro blues. Mientras las lágrimas se mezclan a la cebada de nuestra jarra blanca y le echamos un trago que nos sabe a como debe saber ese último polvo antes de la mili.

jueves, 15 de julio de 2010

Boiler Review – Los años pasan, Ok. Pero la ilusión persiste!


Como siempre, ésta es una crónica muy personal de cómo viví el Boiler. Y, créanme, intentaré ser todo lo breve que me sea posible, a pesar de cuanto tuve el placer de experimentar en esta celebración de nuestro séptimo aniversario.

Eso sí, y antes de entrar al trapo, la primera reflexión que se me ocurre se basa en lo que un chaval londinense veinteañero me comentó: que éste había sido el weekender más divertido al que había asistido hasta ahora.

Me llena de orgullo constatar cómo el público se va regenerando y, quienes eran poco más que niños cuando empezamos con todo esto, llevan ahora camino de convertirse en die hards del Hervidero. Una señal muy positiva ante la ausencia de algunos de los rostros con los que contábamos para cantar nuestro séptimo cumpleaños feliz.

Los años pasan, pero no dejamos –y aquí uso el plural pues seguro que Cris y Jordi estarían de acuerdo conmigo- de sentir una tremenda ilusión por todo esto.

Dicho lo cual, procedo por orden cronológico.

Viernes 9

Espectacular llenazo de primera hora para ver a The Excitements, la nueva sensación barcelonesa del R&B, que se presentaban como banda y, a la vez, presentaban su recién editado debut, en siete pulgadas, para Penniman Records. Un timing perfecto, una profesionalidad a toda prueba y una noción clara y coherente de qué se quiere hacer, fueron los ingredientes mediante los que este septeto calentó (y mucho) los motores del weekender.

A continuación, se verificó algo así como un delirio danzante en que nuestros tres guest DJs (Batman, Gav Arno y –el largo tiempo esperado- Roger Banks) lo dieron absolutamente todo, generando una banda sonora ecléctica, siempre dentro de los parámetros de nuestra política musical. Tal aluvión de música exquisita mantuvo la pista llena de una concurrencia al límite de la incredulidad.

Me siento, eso sí, en la obligación de pedir disculpas a cuantos acudieron por los problemas de sonido a última hora de la noche del viernes. Cosa que felizamente logramos solucionar durante la prueba de sonido del día siguiente.


Sábado 10

Lo primero que cabe hacer al referirme al segundo día de nuestro aniversario, es romper una lanza a favor del Bar Ramón que, degustación de tapas & raciones mediante, puso el contrapunto gastronómico al Boiler, con una disponibilidad y amabilidad impecables por parte de Yolanda y David. Tras la comilona, Cristina tuvo la fuersa pa vivir de llevarse a unos cuantos hígados intrépidos a Las Guindas, donde pasaron una tarde de R&B, Soul y pacharanes.

Llegada la noche, Imperial Surfers completaron el programa de directos previstos para el aniversario. No sé muy bien qué decir, sin que parezca cursi o forzado. Quizás, lo primero sea agradecer a Jordi y Cristina por insistir en llamar a esta banda que sólo conocía de nombre, y que dio un recital extraordinario (crítica unánime) de instrumentales donde no faltaron momentos de exquisitez tales como una inspiradísima versión del Sinner not a Saint.

La música enlatada, en cambio, fue algo más irregular, y hasta entrada la noche los DJs no acabaron de llenar la pista como es debido. Cierto es que cansancio, calor y la insuperable selección de la noche anterior pudieron mitigar que la concurrencia se echara a la pista desde el principio. Finalmente, las cosas volvieron a la normalidad, y la segunda mitad de la noche fue un no parar de aplausos, bailes y gente pidiendo más hasta ese I Cried My Life Away de Tommy Navarro que puso punto final a nuestra celebración de séptimo aniversario, de la mano de un Banks en estado de gracia.

Agradecimientos & all

Como de costumbre, por delante vayan mis agradecimientos a mis compinches, Cristina y Jordi. A Sara por todo el apoyo y por aguantar -sonrisón en boca- el chaparrón de gente yendo y viniendo por nuestro hogar. A Albin y el personal del JazzRoom. A Marc Tena por su inigualable buen hacer. A Imperial Surfers y Excitements, por sendos conciertazos. A Cris de Las Guindas por los pacharanes del sábado por la tarde. A Roger Banks, Gav Arno y (de nuevo!) a Batman & consorte. A Scott, Jamie y demás ingleses. A la crew portuguesa (Jozé, Leah, Pinela y Nazareth). A la pequeña crew “itañola” (Scasso & Laura, Matías, Claudio). A Chabo de Zaragoza y Agustín de Madrid. A los valencianos Carlos, Rosa y Elisa. A los foranos que me dejo. Y, por supuesto, a todos los catalanes (Tarragona, Lleida y Girona) y barceloneses (& aledaños) que acudisteis y creasteis todo ese ambientazo de aúpa.

Gracias mil, gente! El Boiler volverá a las andadas el 11 de septiembre, como siempre en JazzRoom!

Alberto


[En las imágenes, dos instantáneas del concierto de The Excitements, tomadas por José Carlos Soto de Loza Ediciones. Para disfrutar -por no decir, alucinar- con éstas y muchísimas más imágenes de impar belleza, pueden acceder a su blog clicando AQUÍ!]

martes, 6 de abril de 2010

Las Guindas celebra su 5º aniversario, como mandan los cánones


Premisa, panegírico de El Bar

¿Alguna vez se han preguntado qué sería de su vida sin El Bar?

Y cuando hablamos de El Bar nos referimos a ese lugar donde acudir cuando se necesita encender conversaciones, ahogar penas, echar risas; en definitiva, huir de ese intolerable outside world que acecha con sus miserias y agravios.

Pero, ah amigos, aquí hay trampa.

Está claro que no hay un El Bar concreto, identificable universalmente y con validez para todo el mundo, como reducto último de salvación del mundo exterior y definitivo templo de emponzoñamiento hasta alcanzar las altitudes de una sana bolinga, con todo lo que ello conlleva. Cada uno tendrá su proprio El Bar, o sus propios Los Bares.

Pero no todos los bares pueden ser El Bar. Aquí no vale cualquiera. Porque lo que distingue a El Bar del bar mondo y lirondo, el bar con minúsculas donde parar a tomar un cortado o echar un quinto rápido antes de hacer cualquier otra cosa, es su carácter, su atmósfera: lo en casa que le hace sentir a uno cuando su nalgatorio calienta sus asientos.

El Bar es algo tan subjetivo como necesario. Tan mentalmente higiénico que da hasta miedo. Porque imagínense un mundo sin, por lo menos, un El Bar en sus vidas. Asusta ¿verdad? Acongoja no disponer de ese lugar donde saben de antemano qué les va a apetecer tomar, y les conocen por su nombre, y el volumen de lo que sea que suene no entorpece su conversación, sino que la acompaña.

¿Un mundo sin El Bar? ¿Y dónde irían a parar todas esas risas, esas conversaciones, esos silencios meditabundos y esas tajas adquiridas a base de quintos, medianas, jarras o cacharros? Tomen nota: El Bar constituye un gran ahorro en psicólogos. Intenten vivir sin él. Intenten vivir sin su Verdad. Sin La Verdad de El Bar.

Inténtenlo, y seguro que lo acabarán lamentando.

Y ahora, al Grano

Dicho lo cual, nos complace sobremanera ver cómo nuestros particulares El Bar / Los Bares cumplen años y siguen adelante, con el tiempo de su lado que decía la canción de Irma Thomas, alejados de la tan temida desaparición en pro de nuevas franquicias de Starbucks y compañía (que vienen a ser algo así como la antimateria de El Bar).

Desde el glorioso casi cuarto de siglo del Barbara Ann, hasta la difícilmente calculable edad del Blues Café, los 70 años del Bar Ramón y, ahora, lo que se celebra: el primer lustro de vida de Las Guindas: un pequeño vivero de cosas y sonidos cool en la intersección entre el Barri Xino, el Paral•lel y el Eixample.

Jolgorio a punta pala, es lo que Las Guindas promete el próximo sábado 10 de abril con warm-up party en el mismo local, y gran fiesta en Apolo con el directo de The Kongsmen (presentando además elepé de debut), y sesiones tras los platos por parte de los colaboradores habituales del lugar, con una selección de R&B, Soul, Funk, Boogaloo, 6ts Punk y R&R sin paliativos.

Lo dicho: ¿Alguna vez se han preguntado qué sería de su vida sin El Bar?

Pues piénsenlo bien. Y luego valoren Uds. mismos si la supervivencia del mismo no es digna de celebración!


Las Guindas
C/ Sant Pau 126
Barcelona