jueves, 30 de septiembre de 2010

Butterfly Records – “El objetivo siempre es que el disco resulte de lo más atractivo”


Butterfly Records nace como catálogo en una Barcelona de la era pre internet, hambrienta de buenos discos, sedienta de nuevas canciones y pasos de baile, y aún con recursos limitados para conseguir novedades relevantes en nuestros formatos favoritos.

Si en sus primeros años de funcionamiento, parte de nuestro apetito vinílico fue saciado y parte de nuestra sed de canciones, aplacada; el proyecto no tardó en crecer, desarrollar musculatura, y terminar por convertirse en sello especializado en maravillosos siete pulgadas de algunas de las más interesantes bandas actualmente en circulación, combinándose con la actividad de venta por correo de discos hermosos.

Por eso y porque ya habíamos hablado aquí de alguna de sus referencias, no hemos podido esperar más, y nos hemos puesto en contacto con Joseph, padre de la criatura, para que nos explique un poco más sobre esta aventura que, el año que viene, cumplirá su décimo quinto aniversario; como si tal cosa.

Endavant!

Butterfly records nace como catálogo de venta de discos hace ya más de diez años. ¿Cómo fue el proceso? ¿Qué os empujó a empezar un catálogo en la Barcelona de finales de los 90? Y, sobre todo, ¿quiénes estáis detrás del catálogo?

Ok, hagamos un rápido flashback y volvamos a mediados de los 80s: Barcelona estaba en la Cresta de la Ola y con nuestros trajes hechos a medida en Ferran y nuestras Lambrettas pasábamos nuestras horas entre discos, fanzines, conciertos y fiestas que no siempre duraban hasta el amanecer. Yo colaboraba el modzine Revival, contactando con grupos de fuera y escribiendo a bandas como Mod Fun, Chesterfield Kings o Direct Hits, pidiéndoles información y discos gratis. Poco a poco empecé a contactar con gente que tenía pequeños sellos y vendía discos. Recuerdo que compraba en Beat Behind The Dykes viejos singles de los Outsiders, pero también a nuevos sellos como Outer Limits en Alemania o Larsen en Francia y por supuesto Voxx en Estados Unidos. Era un proceso lento pero nada era mejor que abrir uno de esos paquetes cuando finalmente llegaba a tus manos. Era imposible encontrar esos discos en Barcelona. Había tiendas como Pan y Música que a veces te conseguía algún que otro Lp, pero poco más. De allí surgió la idea, y hacia 1996 creé mi propio catálogo. Yo soy el único culpable de que las cosas hayan ido mejorando, o no.

El catálogo ha seguido funcionando como tal, pese a la irrupción de Internet en los procesos de compraventa de los discos. ¿Cómo os ha afectado? Suponemos que positivamente, claro, pero ¿Os costó mucho adaptaros al nuevo entorno?

Desde el principio apostamos por tener una página web, pero ello supuso el fin del catálogo en papel. Los costes de impresión y distribución eran demasiado elevados. A día de hoy, la página ha quedado algo anticuada y uno de los objetivos para el 2011 es hacerla totalmente nueva. Nos compra gente desde Estados Unidos o Japón y eso claro, sin Internet sería inimaginable.

Butterfly se convierte (también) en sello discográfico. ¿Cuándo ocurre eso? Explicarnos un poco vuestra filosofía, por favor.

Ocurre por casualidad, cuando R. Scott de OOSoul me manda una maqueta de un grupo californiano llamado Redd Foxx BBQ, producido por él mismo, y que anda buscando sello. No me lo pensé dos veces y decidí editarles su primer single, que luego sería elegido por la revista italiana Il Giaguaro como uno de los mejores del año. Todo hubiese quedado en una anécdota de no ser por Denis de Larsen Records quien me ofreció editar un single con su banda, los Slow Slushy Boys, quienes habían dejado de lado sus sonidos más garage para meterse de lleno en el early-soul ¿quién podría resistirse a algo así? Desde entonces y hasta hoy son ya 43 referencias que combinas sonidos beat, soul, mod-jazz, powerpop, freak-beat y 50s R&R. Intentamos cuidar cada referencia al máximo, trabajamos con diseñadores como Marcel Bontempi o Darren Merinuk y el objetivo siempre es que el disco resulte de lo más atractivo.

Sólo editáis en 7 pulgadas. ¿No os atrevéis con elepés de larga duración? ¿Por qué?

Desde mi humilde punto de vista, el 7 pulgadas es el formato ideal y mi preferido. No habrá Lps o Cds en Butterfly. Ya hay muchos sellos que editan en esos formatos. Compro muchos LPs y me encantan los Cds que, por ejemplo, edita Kent/Ace y si alguna de mis bandas favoritas sólo edita en ese formato, lo compro sin problemas.

¿Por qué grupos de R&B y Soul (y sonidos afines) estáis apostando? ¿Hay alguna novedad a la vista que podáis ya revelar?

Podríamos meter en la cesta a los Slow Slushy Boys, a los Fabulous Ottomans, a los Kongmen, a los Moombas, a King Salami y claro ese 7” de Sharon Jones.... Las últimas novedades recién editadas son una muestra clara de lo variado del sello: Lana Loveland (de los Fuzztones), los Dirty Robbers (Uk R&B), Max and the Tatraplan (new-wave mod-pop), The Other Guys (Merseybeat), Florence Joelle (50s R&B) y por supuesto Els Trons con quien ya hemos editado 2 eps. Espero que antes de terminar el año tengamos listas un par o tres de referencia más: el tercer ep de Els Trons, el debut de los Organic Rhythm Generation y un nuevo ep con los finlandeses Cosh Boys.

¿Algo que queráis añadir?

Hay gente como Adrià Gual (Walkysons/ Fabulous Ottomans/ Kongsmen/ Excitements), Marc Argenter (Flashback V/ Els Trons) o Denis Olivier (Larsen/ SSB’s) a los que debo de estar eternamente agradecido por su implicación indirecta con el sello. Un abrazo desde aquí y gracias a también a vosotros por vuestro gran trabajo (vuestro Blog está entre mis favoritos); y ánimo con el Boiler!


[Para acceder al catálogo y a las referencias del sello, acudan velozmente, y mediante nuestra sección de enlaces, a esa página web que Joseph promete reedificar en muy breve tiempo. En la imagen, el propio Joseph: si se encuentran a este hombre por la calle, invítenle a una cerveza, hagan el favor.]

martes, 28 de septiembre de 2010

Taschen vuelve a atacar con portaditas bonitas. Que dios los bendiga!


Vamos con otra de novedades editoriales, para su deleite lector.

Tras el éxito de Jazz Covers, la -nunca lo suficientemente bendecida- editorial Taschen se arranca ahora por el Funk y el Soul de la mano de los mismos autores que el anterior, Joaquim Paulo y Julius Wiedemann: ambos, bestiales coleccionistas y connoisseurs en materia de música afroamericana de todo pelaje.

Funk & Soul Covers es, pues, otro tomo que, por un precio como de costumbre muy razonable, nos presenta un compendio de portadas de álbumes, esta vez de Soul, Funk y Rare Grooves sobre todo ascendentes a la década de los 70, que van a endulzarnos la vista y, sobre todo -y en algunos casos especialmente concretos-, a alargar nuestros colmillos de coleccionistas angurrientos.

Porque aquí hay un poco de todo, desde los clasicorros más manidos hasta algunas exquisitas e insólitas rarezas (esas que dilatan caninos, enrojecen miradas y aumentan nuestros crumbianos retentivos anales). Así, hasta llegar a disfrutar del artwork de hasta 500 discos, con los comentarios de los autores y de algunos special guests de alto copete como Gabe Roth, de Daptone Records.

Así que hala! Ya tienen con qué ir encabezando su lista para los Reyes Magos.

[Para más información sobre este u otros tomos (o incluso para pedirlos por correo) diríjanse a la página web de la editorial en nuestra sección de links]

jueves, 23 de septiembre de 2010

Take Ivy – La nunca olvidada biblia del Ivy League Look



A principios de los 60, el fotógrafo japonés Teruyoshi Hayashida se armó de valor y cámaras, y viajó a los campus de la Ivy League, en el nordeste estadounidense, con el firme propósito de capturar sketches del estilismo, y las rutinas derivantes del mismo, del que los estudiantes de aquellas universidades hacían gala.

Colores, cortes, combinaciones, complementos, anchura y largura de las prendas y muchos, muchos detalles que revelaban el gusto de aquellos estudiantes (que, no nos engañemos, no dejaban de ser la cabeza visible del pijerío urbano americano de su tiempo), y su influencia en las formas estéticas adultas más avanzadas de los EEUU de la época.

Consideraciones de clase aparte (pues ese estilo upper class sería, a este lado del Atlántico, de gran inspiración para la working class británica y europea), en este libro había realmente todo lo que debe estar en materia estética ivy leaguer: Madras y Tweed, Top-Siders, highwater trousers, Brooks Brothers y J. Press, shopping en Madison y la Quinta Avenida, sobretodos Chesterfield, el off-white hype, Burberry’s

Lo dicho. Todo estaba ahí: nada escapó a la atenta mirada de Hayashida quien materializó, poco después (1965) y junto a Shosuke Ishizu, Toshiyuki Kurosu y Hajime Hasegawa, todo aquel estudio estilístico en un apabullante libro fotográfico titulado Take Ivy, que recogía incluso un listado con todas las prendas y complementos (tipologías y hasta cantidades) que al buen preppie universitario no pueden faltar, y que le ayudarán a superar con gran estilo incesantes lluvias o jornadas de calor.

Un libro legendario

Ni que decir tiene que, en un tiempo record, el libro se convirtió en un ítem legendario y de extrema rareza. Abono ideal para la codicia de miles de amantes, profesionales y obsesivos del estilo, dispuestos a pagar con sus propios órganos por el privilegio de poseer una copia. Un tomo fantasma capaz de arreglarle el año al librero que tuviera la suerte de encontrarse con una copia de venta al público.

Y así pasaron 45 años, en que el halo legendario del libro fue creciendo como la espuma y, con él, el precio que se llegaba a pagar por una copia, que llegó hasta los 2000 dólares; tal era la obsesiva necesidad de algunos de poseerlo no matter what.

Así siguió, claro, hasta el pasado 31 de agosto en que, finalmente, cuando muchos habíamos arrojado la toalla y pensábamos que jamás íbamos a poder disfrutar de esas casi 150 páginas de esplendor ivy leaguer, cuando echábamos espumarajos por la boca y nuestras órbitas enrojecían, toda vez que un conocido aseveraba poseer una copia; por fin, decíamos, vio la luz la edición americana de esta magna obra de la mano de Powerhouse Books.

...

¿Seguimos? ¿O ya estan abriendo la ventana de Amazon para capturar su copia?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sharon Jones visitará finalmente Barcelona, y qué bien nos sabe oigan!


Habíamos puesto el grito en el cielo. Nos habíamos rasgado las vestiduras. Habíamos escupido veneno en los ojos de la noche barcelonesa. Habíamos tildado nuestra nocturnidad de tercermundista. Nos llamamos a nosotros mismos cutres, mindundis. Ciudad atrasada. Público ingrato. Sistema defectuoso.

Y mil cosas feas más.

¿Que Sharon Jones y sus DapKings no vienen a Barcelona? ¿Que actúa por varias salas de España, teloneada por los barceloneses The Excitements, y no pasa por la Ciudad Condal? ¿En serio?

Créanlo: no lo podíamos aceptar. Era injusto. Sharon y los DapKings son responsables directos del nivel de calidad que, en materia de música negra, ha ido alcanzando esta ciudad. Pero es que, encima, son mucho más que eso. Mucho más.

¿Cómo explicárselo? Sharon es parte de nuestras vidas. Porque para nosotros, Sharon es esa artista que íbamos unos pocos a ver, tres, cuatro o cinco noches seguidas, actuando en La Boîte. Que nos enseñó quién es Marva Whitney. Que luego se bajaba del escenario y se tomaba una birra, y a su siguiente visita se acordaba del problema que tenías la anterior vez que habías hablado con ella, y te preguntaba que qué tal de lo tuyo. Y después se volvía a subir al escenario. Y lo volvía a hacer: Volvía a revolucionar el escueto escenario del local con su torbellinesca actuación a base de Soul y Funk.

Y los DapKings eran, además de su inmejorable banda de acompañamiento, los exquisitos paladares que se hallaban detrás de aquel -por entonces- emergente sello Daptone, hoy uno de los indiscutibles referentes en materia de música negra con criterio.

Y te hablaban de proyectos y artistas y grabaciones y de su día a día en Brooklyn, donde en cualquier momento te encontrabas un single de los Fabulous Counts por dos centavos.

Y entonces: Sorpresa!

Así es: entre lágrimas de auto-flagelante conmiseración y salivazos de mala baba, nos enteramos -por sorpresa- de que finalmente sí, Barcelona también, va a poder disfrutar de su concierto de presentación del mayestático I Learned the Hard Way, cuarto y más reciente álbum de este combo neyorquino del que ya se habló AQUÍ.

Y a ese festejo, que tendrá lugar en la Sala Apolo el próximo martes 26 de octubre a partir de las 20h00, es muy posible (probable, deseable) que cuente con los muy nuestros The Excitements como banda telonera.

Ahora mismo, estamos contando las horas que faltan, mientras nos zampamos, con patatas y all-i-oli, todas nuestras palabras y toda nuestra bilis vertida.

Y oigan, sabiendo que vamos a volver a tener a Sharon y los suyos por aquí, no vean lo bien que sabe.

Ñam!


Sharon Jones & The Dap Kings + The Excitements (se espera)
Martes 26 de octubre
20h00
Sala Apolo
C/ Nou de la Rambla, 113
Entrada: 23 € (anticipada) o 26 € (taquilla)

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Soul Time – retorno y reedición de un trozo de nuestra historia fanzineril




Hoy, si no les importa, vamos a ponernos en plan carcamal. Vamos a echar un vistazo a esa era mesozoica en la que no había internet, descubrías temas de cintas confeccionadas por DJs, collectors y colegas, pedir un disco por correo te costaba un mes de gestiones y la inmensa mayoría de información que podíamos considerar relevante venía envasada bajo forma de fanzines.

¿Fan… qué? Preguntarán algunos de Uds.

Se lo deletreo: F-a-n-z-i-n-e-s.

O sea, aquellas revistas artesanales y caseras mejor o peor maquetadas que traían esa información y opinión rebuscada y subcultural de la que no hablaba ningún periódico, revista o suplemento cultural de aquella prensa ‘seria’ y canónica, que jamás se coscaba de nada y, para cuando lo hacía, era tarde y más bien mal.

En la época en que esperábamos con avidez que nuestro buzón de correo escupiera un fanzine de su ranura –fanzine que a menudo leíamos de pé a pá, tal era nuestro apetito por descubrir cosas nuevas e ignotas-, hubo uno que le dio la vuelta al marcador por varios motivos.

El nombre es Soul Time

Soul Time existió durante la segunda mitad de los 90. Estaba muy bien redactado, acertada y sobriamente maquetado, hablaba exclusivamente de Soul y sonidos afines en un momento en que ningún otro lo hacía (con la salvedad del andaluz Record Hunter y del Breakaway lleidetà) y lo editaba uno de los más incansables defensores de este tipo de sonidos en este país: Àlex Franquet.

En el fanzine colaboraban asimismo muchos de los que han sido grandes agitadores de la música negra en Barcelona: Edu Domingo, Ricard Prieto, Juan Vicente del Castillo, Jordi Ramón y hasta Kiko Amat se llegó a apuntar a un bombardeo con mordaces crónicas de fiestas.

Y el resultado no es que se notara sólo entonces. Es que se nota ahora, en que la mayoría de sus contenidos siguen gozando de gran vigencia, con números monográficos dedicados a ediciones europeas de Soul, el primer listado completo de la Serie 5000 de Motown (esa que ahora se re-presenta en forma de cuidadísimo e imprescindible libro) o un glorioso listado de todo cuanto se editó en Detroit en los 60, fuera del alcance de Berry Gordy.

… Por no hablar de entrevistas exclusivas a DJs y otros nombres relevantes de la escena UK Soul (Roger Banks, Paul Hallam, Ian Clark y muchos más)!!!

Como entenderán, para los que por entonces éramos jovencillos cuyas lecturas de cabecera eran, alternadamente, Colin McInnes y el Ratos de Cama, escabullirnos en aquellas páginas era descubrir mundos, y constelaciones y galaxias nuevas dentro del vasto universo del Soul. Era como navegar en el USS Enterprise y surcar discos y artistas que ningún hombre había escuchado antes.

Quién los tuviera, ¿eh?

Muchos de los más jóvenes entre Uds., probablemente, estarían dispuestos a envejecer de golpe de diez o quince años, con tal de haber tenido la oportunidad, en su día, de hacerse con cada uno de los ejemplares de esta pequeña biblia fanzineril del Soul.

Y no es ninguna culpa, créanlo.

Lo que pasa es que no es necesario. Ya no. Ya no hace falta haberse pasado la juventud dilucidando dudas por carta, soportando las asesinas modas de los 90 o visitando, día sí día no, la oficina de correos de su barrio, para echar aquellos millones de pre-paypalescos giros postales.

Porque Àlex ha anunciado el retorno de su fanzine: una nueva etapa de Soul Time con novedades tanto informativas (cómo no) como de planteamiento editorial; pero contando siempre con ese inmisericorde estándar de calidad, coherencia y conciencia del trabajo bien hecho que siempre caracterizó las páginas de su publicación.

Y para celebrarlo, y mientras esperamos la décimo primera entrega del fanzine, ha decidido reeditar todos los números anteriores y, encima, a quienes lo compren ahora ¡PAM!: Cedé de regalo al canto.

Así que no se demoren, y pónganse en contacto con él escribiendo a soultimemagazine@gmail.com para pedir sus copias.

Hagan caso: ésta es su gran oportunidad para hacerse con un trozo de historia de la pequeña pero activa escena Soul española.

No se soben en los laureles!


[En la imagen, el último número (10) de Soul Time que viera la luz, con TSU Toronadoes en portada y aquel revelador n.º5 dedicado exclusivamente al Detroit Soul Underground de los 60. Canela en rama.]

lunes, 13 de septiembre de 2010

The Boiler review – Ambiente extraño y música superlativa


Una sensación de ligera desorientación es lo que me sobreviene, mientras echo la mirada hacia atrás, hacia el sábado por la noche; hacia esa penúltima sesión del Boiler de este 2010, para escribir mi ya habitual crónica subjetiva.

No es por la música, que fue en todo momento acertada y, además, resultó bien variada dentro de nuestro espectro. Quizás fue el ambiente. Diferente. Como si no fuera ni siquiera un Boiler. Y eso que había muchos amigos y colegas y rostros conocidos. Y eso que tuvimos una buena afluencia extranjera, con elegantísimos mods ingleses e italianos. Y eso que, por norma general, nuestra sesión de septiembre (al coincidir con el gran High Rockabilly) suele quedar como más en casa. Como aquellas primeras fiestas en la sala Frank Dubé donde nos conocíamos todos.

Esta vez no ha sido así. Y, si en lo musical, este Boiler ha mantenido un excelente estándar de calidad y variedad, no me parece que la atmósfera que acabó por despegar sea digna de aprobado, aunque celebro que mucha gente –con especial mención de la crew londinense- se lo pasara en grande.

No me malinterpreten. No estoy echándole la culpa a nadie, pues nadie la tiene, ni siquiera el boogie; aunque –por poner un ejemplo de mal rollo evitable- una mejor gestión del equipo de sonido por parte del personal de sala, bien nos podría haber ahorrado la vista de la Urbana.

De todos modos, la atmósfera de una fiesta se desarrolla por una serie de factores que convergen, no por la voluntad de uno o unos, sino un poco de manera aleatoria. Y ese cruce de gente y circunstancias es el que me generó esa sensación de que lo único que nos diferenciaba de ser un club más, fuera esa –ya digo- excelente selección musical con la que nuestros tres invitados y warm-up premiaron nuestros oídos.

DJs

Nuestro conciudadano Captain Sideburns encendió las mechas con una genial selección de 60s Rare Soul classics, con gotas de X-Over y Reggae muy aplaudidas, que dieron paso a Jamie Parr, con un set ecléctico donde se mezclaron mucho R&B con Early Soul y Soul Jazz, con un buen equilibrio entre clásicos y newies y una dinámica que parece tener las selecciones propias del Pow Wow como principal inspiración.

Dani Herranz demostró la solvencia propia de quien atesora casi un cuarto de siglo manejando artefactos de Soul detrás de cabinas. Un aplaudido set (que ya se ha publicado en nuestro yahoogroup), donde coexistieron diversas formas y tempos de 60s R&B y Rare Soul, siendo él el encargado de cerrar la sesión.

Andrea Parolin por su parte, mantuvo un perfil más clásico, ahondando en 50s & 60s R&B de gran calidad y generando un discurso elegante y comedido que –como no podía ser de otra manera- mantuvo la pista llena.

Todo ello, además, redondeado por el aporte de Duri que creó el delirio en la sala con un buen puñado de tittyshakers y obscuros chillidos de R&B.

En fin…

No creo que nos podamos quejar de Boiler, ya ven.

Sobre todo porque es un club eminentemente musical y, a ese nivel, lo escuchado fue superlativo y variado. Por otro lado, tal y como se vio, sigue siendo un club capaz de motivar a que gente viaje desde otras ciudades o países sólo para disfrutarlo (mi más profundo agradecimiento, a todas esas personas!).

Pero créanme, el sábado hubo un pequeño momento en que eché de menos la atmósfera del club tal y como la solía (¿solían? ¿solíamos?) paladear.

Alberto


[En la afoto, Jamie Parr repartiendo música, estilo y amoll, capturado por Sara. Glug! Para echar cualquiera de sus tres ojos a la hípersoulful playlist de Dani, pueden consultar nuestro Yahoo Group: http://es.groups.yahoo.com/group/THE_BOILER]

viernes, 10 de septiembre de 2010

Si Cranstoun sí lo tiene

Hay cosas que, por mucho que se conviertan en tendencias y modas, no dejan mucho lugar para los advenedizos. Una de esas cosas es la música con alma, con Groove. Por mucho que cualquier mindundi pretenda subirse al carro, y pretender hacer buen R&B, buen Soul o buen Swing, no lo conseguirá si no tiene talento y pasión; alma y compromiso con cuanto hace.

Por eso, da gusto ver a gente como Si Cranstoun. Porque no quiere parecerse a sus héroes. Quiere SER sus héroes.

Este ya no tan joven artista del sur de Londres, émulo de un Jackie Wilson cruzando los últimos metros de la década de los 50, y a punto de surcar los vastos horizontes de los 60, tiene ese talento y ese compromiso necesarios para que, ya de entrada, esperemos con glotonería audiófila su inminente disco de debut, Dynamo, del que ya podemos degustar algunos adelantos en su máispéis (al que ¿a que no adivinan a través de dónde pueden acceder?).

Su calidad ya quedaba demostrada en su anterior producción con The Dualers, un dúo en que ska, rocksteady, R&B y Soul convivían con calidad y, eso sí, con una cierta comercialidad con la vista puesta en el mainstream.

En éste, su nuevo proyecto en solitario, sin que deje de notarse un deseo por llegar a cuanto más público, Cranstoun no le da las espaldas al underground, y actúa con regularidad en clubes y eventos como el mítico Rhythm Riot británico o el Rhythm Rumble alemán con su banda, que incluye al baterista de la banda de James Hunter, Mike Watts, y al contrabajista que acompañara al mítico Nappy Brown, Stewart Pannaman.

No sabemos Uds., pero nosotros estamos deseando ya paladear a este elegante cantante y bailarín sobre nuestros escenarios. Y poder aseverar que Si Cranstoun lo tiene. Que tiene todo ese talento, esa alma y esa pasión necesarios para dotar lo que hace de credibilidad.

Pues sí, oigan!


[En la imagen, un Cranstoun que parece recién salido de Can Brians, meets Sam Cooke. Y no se nos apalanquen aquí y coran a buscar su página web o tecleen su nombre en youtube para paladear de qué es capaz este buen señor!]

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Funtastic Dracula Festival - crazy shit, señora!


Nueva edición de uno de los festivales (en la acepción radicalmente positiva del término) más alocados del planeta. Vuelve el Funtastic Dracula Festival, de la mano de la valenciana Confecciones Drácula: un weekend de total sindiós a base de sonidos estridentes, cánticos onomatopéyicos, negritud chillona, baile mongol y casquería 6ts punk.

Todo ello, en forma de directos enloquecedores, DJs sociópatas, y bailes y estéticas dignas de ingreso en el frenopático sin paliativos.

De entre los animalejos que animarán en directo tan señalado cotarro, cabe destacar a los amos del 6ts punk peruano, Los Saicos, al descalabrado Rockin’ R&B de Lord Rochester, o el delirio instro de Imperial Surfers o The Kings of Makaha.

A nivel de pinchadiscos, el evento tampoco se queda corto, y podrán Uds. saltar sobre su proprio cráneo escuchando las selecciones de engendros tales como Wheelie Bag, Sr. Varo, los insignes Hermanos Pizarro o –y esto nos hace especial ilusión- nuestro boileresco Jordi Duró, con una selección que –para no variar- seguirá humedeciendo las partes pudendas de todas Uds.

Auténtica crazy shit de la buena!

Funtastic Dracula Festival
9, 10 y 11 de Octubre
Benidorm



[Para más información relativa a este magno acaecimiento, acudan sin temor a nuestra sección de links, y sumérjanse en la deliciosa programación que aguarda a aquellos incáutos que van a acudir]

lunes, 6 de septiembre de 2010

Sapeurs –Verdaderos dandys entre basura




Guerra, hambre, pobreza, enfermedades.

Estos cuatro sean, tal vez, los conceptos que más rápidamente puedan venirnos a la cabeza cuando se habla de la actual situación de la República Democrática del Congo, uno de los países africanos más azotados por toda suerte de miserias. Una de las realidades sociales y humanas más difíciles del planeta. Un paraíso convertido en estercolero, sin que nadie que pudiera parezca haber querido evitarlo.

De esa situación de muy difícil futuro, donde todo rastro de belleza ha sido inmisericordemente asesinado, nacen sin embargo los Sapeurs, un colectivo que alrededor del acrónimo SAPE (Société des Ambianceurs et des Personnes Élégantes), planta cara a la miseria y la pobreza con estilo, elegancia y muy buen humor.

A diferencia de cuanto se pudiera argüir al ver sus fotos, los Sapeurs no son ricos privilegiados que se pasean burlonamente por las calles de Brazzaville y Kinshasa, riéndose de los más desgraciados, sino que son ellos mismos hijos de ese terrible entorno que cultivan, con todas sus energías y ahorros, no sólo la apariencia estética, sino las maneras adecuadas de sobresalir con la mayor coolness de entre los cimientos de su propio contexto.

El resultado, una estética extremadamente dandy, con ecos de aquellos colonizadores del siglo XIX, pero africanizada con colores chillones, y convertida en estilo de vida mediante férreas normas de estilo y comportamiento tales como la prohibición de combinar más de tres colores en un solo conjunto, el rechazo categórico al consumo de drogas y morapio, o una jerarquía de elegancia donde la máxima aspiración es la de convertirse en un Grand, que es un título de elegancia suprema.

Les Sapeurs gastan todo cuanto tienen en cultivar su vida elegante, pese a sus salarios a menudo miserables y las condiciones de pobreza en las que han crecido.

Aún así, se suele contar con ellos para amenizar, en calidad de emcees, toda suerte de celebraciones, y su condición ha trascendido el Congo para establecerse en las principales sociedades africanas, incluidas las que anidan hoy en día en Europa.

En París, por ejemplo, se les puede ver en los cafés del barrio de Château Rouge, un área con un altísimo porcentaje de congoleños, paseando sus mejores galas, y reivindicando la elegancia del dandy congoleño como forma última de coolness y estilazo.

Nunca fue más cierto aquello de ‘Clean Living Under Difficult Circumstances’ ¿no les parece?