jueves, 28 de enero de 2010

Kiko Amat sigue haciendo BUM! – Parte 2


Seguimos con la entrevista que habíamos empezado AQUÍ, en esta segunda (y última) parte, donde Kiko Amat prosigue hablándonos de fanzines, de discos, de su próxima obra, de literatura actual española que vale la pena y de su playlist póstumo, para convertir sus exequias (y las de cualquiera) en una verdadera bacanal.

Gócenlo Uds.

¿Por qué la crítica (o parte de la misma) sigue confundiéndote con la llamada como Generación Nocilla? ¿Qué autores salvas que estén (justa o erróneamente) incluidos en esta etiqueta?


A nadie. No me gusta nadie de los Nocilla (menudo nombrecito cursi), y todos ellos operan en las antípodas de lo que yo hago. No me interesa la metaliteratura, y odio la concepción posmoderna de la historia y, en particular, de la narrativa. Que me incluyan ocasionalmente con ellos es vagamente insultante, pero supongo que lo que intentan los que lo hacen es diferenciarme de los carcamales de siempre y meterme en el saco de gente más "pop". Tampoco me gusta, por cierto, su genuflexión ante la Alta Cultura, y su constante deseo de ser incluidos en los canales de la cultura seria. Yo vengo de otro lugar. Para mí, que destrozaran Rompepistas en el Babelia fue una grandísima confirmación de haber hecho lo correcto. Como cuando en el NME un periodista hippie y fan de Jethro Tull escribió lo de "The Jam: overrated" tras verles en no sé qué festival multitudinario. Estas cosas le enorgullecen a uno, la verdad. Tengo esa crítica enmarcada en mi despacho.

Ah, por cierto: mis dos escritores españoles favoritos son el fallecido Francisco Casavella y un autor asturiano que se llama Pablo Rivero. Su
La balada del Pitbull es el primo hermano de Rompepistas
, por si alguien quiere investigar.

Al margen de los libros y el articulismo, andas metido en otros proyectos como el sello Doble Vida Discos. Cuéntanos un poco más de qué va esta historia.



Con dos hijos, una novela en ciernes, una obra de teatro (muy particular) a medio hacer, un libro de ensayos musical-autobiográficos llamado Mil Violines, acabado de entregar a Mondadori, los artículos para La Vanguardia y RDL, el fanzine, un libro en catalán de sketches humorístico-neuróticos recopilando peleas con mi señora también a medio escribir... No me queda mucho tiempo para el sello, la verdad. Creo que soy el que menos se implica en las tareas prácticas, aparte de llamar por teléfono a ingleses borrachos. Doble Vida es un sello de split singles (un artista local, uno extranjero, por cara) que hemos creado con unos amigos fans del 7" y de la música pop chula. Es una cosa bien gloriosa en la que estar, aunque lamentablemente mi aportación sea tan magra.

¿Mil Violines? ¿Debemos esperarnos una suerte de 31 Canciones de Hornby, pero a lo Kikoamatesco? Adelántanos algo de esta nueva obra, pls.

Como todos los lectores van a decir lo del 31 Canciones, mejor aceptarlo ya y seguir adelante. , Mil Violines es un libro de ensayos sobre canciones; en eso se parece al de Nick Hornby. No, en el mío no sale la J. Geils Band ni Nelly Furtado, y menos aún Rick Springfield. Digo, Bruce Springsteen; siempre los confundo. Qué más: en Mil Violines, además, se parte de la base de que el crítico es un ser humano con abuelos fallecidos, culpas, remordimientos, filias y neuras. No es un puto robot que hace crítica como resiguiendo plantillas de Geografía, 7ºEGB. En el mundo del periodismo musical se impide una y otra vez la participación del humano en los artículos, pretendiendo que el resultado será "crítica objetiva". Mil Violines parte del hecho de que la "crítica objetiva" no existe y, de hacerlo, no sería algo particularmente positivo ni deseable. Esto son discos y canciones, no patentes de maquinaria alemana: analizar cimas de la emoción humana sin que en el proceso participe la emoción es un sinsentido total. En este libro se habla de discos, de cómo influyeron en el que escribe sobre ellos, qué alteraciones provocaron en la vida del fan, qué momentos puntúan. A veces se teoriza sobre el grupo y el contexto (en el capítulo sobre mod revival y el Maybe Tomorrow como marsellesa moderna), a veces la canción es el telón de fondo donde pasan las (auténticas) patoaventuras del autor. Como "Cricklewood, 1995", que es el capítulo sobre el duro invierno de 1995: yo, mi hermano y un amigo incrustados en Cricklewood, Londres, mientras en el mundo suena una y otra vez la inmunda Wonderwall
. O sea, que hay un poco de todo: ensayo, narrativa biográfica, exultación y entusiasmo, y unos cuantos diálogos-peleas con mi señora, que siempre son entretenidos de observar. Creo que saldrá a principios del 2011, en Random House/ Mondadori.

También sigues editando, junto con tu hermano, Uri Amat, el ‘zine La Escuela Moderna, en homenaje a Ferrer i Guàrdia, con una peculiar línea ética y unas condiciones muy particulares; que te pedimos –por si no lo habías adivinado- que nos expliques. De paso, si te marcas un recorrido de tu producción fanzineril, se agradecerá.



Empecé a escribir fanzines a los 14. Estaba en uno político (independentista) local de Sant Boi, del que me echaron por maquetar con fotos de Dead Kennedys y el Dance Craze y meterme con la línea oficial del partido. Desde entonces nunca he dejado de hacerlos: el mod-punk-garajero-teen (Rowed Out!) junto a mi hermano, el indie-riot-punk-mod mosqueado (Vendetta), el hardcore-punk-mod con grandes pretensiones (Hangover)... Hay más, pero tampoco hace falta. Digamos que La Escuela Moderna (que también co-edito con mi hermano) es el mejor que he hecho. Si no fuera el nuestro, sería mi fanzine favorito. Todos nuestros escritores son excepcionales, muy informativos, pero a la vez muy divertidos. La línea es difícil de explicar: es de izquierda cachonda, radical de boquilla, anti-tecnocracia y anti-cinismo y anti-posmodernidad, y pro-entusiasmo, pro-obsesión, pro-pasión, pro-risotada, bastante mod y punk rocker en espíritu.

Por último, y para no alargar demasiado todo esto, ¿deseas añadir más comentarios, desde agradecimientos hasta juramentos de asesinato?



Listas, siempre listas. Estas son las canciones para mi funeral, que me dio por recopilar ayer. Pasadlas a un notario, que no quiero que luego suene algo horripilante.

THE JAM: Ghost
TIM HARDIN: If I was a carpenter
SMOKEY ROBINSON & THE MIRACLES: The tracks of my tears
MOSE ALLISON: I love the life I live
ASTRUD: La nostalgia es un arma
JOYCE: Clareana
GENERATION X: Kiss me deadly
THE CLASH: Stay free
DEXY’S MIDNIGHT RUNNERS: All in all (this one last wild waltz)
THE BEAT: End of the party

martes, 26 de enero de 2010

Myron & E and the Soul Investigators – El 60s Soul visto por dos B-Boys


California es tierra sacra para muchos oídos sibaríticos, gracias a las ingentes cantidades de Soul y R&B, de calidad incontestable, deshornadas en esa bonita tierra. Ese exultante I love her so much that it hurts de los Majestics, ese magnético Beatle meets a ladybug de Paula Lamont o aquel inmenso siempreverde de la escena Northern Soul, Gone with the wind is my love, de las ínclitas Rita & the Tiaras, son sólo tres ejemplos; entre trillones.

Todo esto, claro está, se grabó allá por el pleistoceno medio, y la impresión, hasta hace poco, era de que esos sonidos tan particulares habían quedado fosilizados en cotizados siete pulgadas, pasto para desequilibrados envilecidos por Crumbianos retentivos anales. Que los dinosaurios que los entonaran en su día, se habían extinguido, para dejar paso a nuevas generaciones, poco o nada interesadas en la obra de aquellos ignotos antecesores; excepto la colla de desadaptados antes mencionada.

Y, con esta suposición atenazada al cerebro, un buen día nos dimos de bruces con una grabación de este dúo californiano, Myron & E junto a los finlandeses Soul Investigators -quienes suelen acompañar a la grande entre las grandes, Nicole Willis-, perpetrando un auténtico colmapistas de inconfundible aroma 60s Soul.

Un single, una obsesión

Los ojos nos hicieron chiribitas y gastamos centímetros del parquet de casa bailando, en paños menores, la cara A de su single de debut, el súper soulful Cold Game (con E-S-E break único); y gastando las rodillas en genuflexiones ante la delicada cara B de aires doo wop, I Can't Let You Get Away.

El disco, aparecido contemporáneamente en los sellos Timmion (Finlandia) y Now-Again (Estados Unidos), nos abocó a un crescendo obsesivo hasta llegar un momento en que nos miramos al espejo, semidesnudos, alterados, temblorosos, con rastros de baba reseca en la comisura de los labios y una colección de tics nerviosos adornando nuestras extremidades; y nos preguntamos: “¿Pero Q-U-I-É-N-E-S son estos notas? ¿Q-U-É es esta maravilla? ¿Cómo es posible que de ese look gangsta-hiphopero que gastan, salgan melodías tan dulces, bellas, contundentemente 60s?”

Los notas, en cuestión

Myron Glasper es conocido, en el ambiente musical californiano, por haber llevado siempre todo al límite, arriesgando, pegándose incontables batacazos, y resurgiendo siempre, cual jinete a lomos de la calidad y del gusto. Entre sus hazañas bélicas se cuentan sus aportaciones en Blackalicious, Mike Relm, Gift of Gab, Lyrics Born, Jankie Hotel Project y las Indigo Soul Series. Una mezcla de lo mejor de la Blackamerica contemporánea donde Soul, Funk, Jazz y Hip Hop conviven sin rubores.

E, también conocido como E Da Boss, también atesora una larga carrera al servicio de breaks añejos aplicados a algunas de las mejores grooves contemporáneas, y ha prestado sus dotes de productor a proyectos como Lateef the Truthspeaker, Jennifer Johns, Bicasso y, coincidiendo con Myron, Blackalicious y Gift of Gab.

Así las gasta, este par.

La novedad

Cuando menos nos lo esperábamos. Cuando dábamos por hecho que ésta era la singular (en todos los sentidos) incursión de dos B-Boys en el underground soul en su concepción más añeja. Cuando creíamos que no íbamos a volver a oír hablar de ellos; volvieron.

Bueno,… vuelven. Ahora. Con un single. Nuevo. Sí. Lo han leído bien. Vuelven.

Lo cierto es que la brillantez conseguida en ese anterior trabajo, no se alcanza en este recién editado -por los mismos sellos mencionados- It’s a Shame (con, en la cara B, la versión instrumental del mismo). Pero este cremoso midtempo sigue manteniendo lo fundamental, lo básico: esa soulfulness unida a los impecables arreglos de la veterana banda finesa. Esa conjunción de alma e instrumentos bien tocados, y mejor situados. Ese feeling, vaya, que se daba por desaparecido hace cosa de 40 años y que este conjunto reanima, dejándonos de piedra.

Sólo por eso, por esa sensibilidad, parece de recibo este (modesto, pero no damos para más) homenaje.

Gracias, tíos!


[En la imagen, Myron & E: “Ende que a mi broder y a mí nos tocara la primetiva, vamos en limusina a tós laos”. Para más información, soundclips, afotos e invertir sabiamente sus dineros, acudan raudamente a la página de Timmion Records, enlazada donde siempre, allá abajo]

lunes, 25 de enero de 2010

Kiko Amat sigue haciendo BUM! – Parte 1


Incendiario mod en los 80, barcelonés anglófilo, incansable fanzinero, punk rocker con trajes a medida, llevador de camisetas y chapas que casi nadie entiende, articulista vitriólico, desesperado name-dropper, padre de familia, soul boy con tejanos estrechos, gamberro controvertido, adorador de zapatos, acumulador de discos, ígneo conversador, devorador de quintos en bodegas; y, ahora, novelista Pop de muy difícil clasificación y elevado nivel polémico.

Es Kiko Amat, por si dudaban.

Y se lo presentamos en una larga entrevista que repasa su trayectoria literaria y no sólo, y que, por el bien de sus dioptrías y -sobre todo- por el placer sádico de crear suspense, hemos dividido en dos partes.

Ésta es la primera. La disfruten.

Con Rompepistas cerraste tu particular trilogía “teen”, después de El Día Que Me Vaya No Se Lo Diré a Nadie y Cosas que Hacen BUM! ¿Sigues pensando que ya no puedes escribir nada más, o nada mejor, al respecto? Y, claro, ¿por qué?


Lo de la trilogía no hay que tomárselo muy al pie de la letra. Es una de aquellas cosas que dices en entrevistas con plena conciencia de que va a ser el titular (uno ya tiene tiros pegaos en esto), y que en el momento tiene gracia por la conexión MacIness y la London Trilogy. Fue una manera de (volver a) lanzar cabos-flechas de influencias y cosas grandes para que la gente preste atención, más que una auténtica visión original de trilogía para las novelas. Sí las imaginé -al final, después de que todo el mundo me lo preguntara- en un solo tomo, con cubierta de piel de pecarí y mi anagrama grabado a fuego en el cuero. Pero volveré a escribir novelas de adolescentes, estoy seguro; es la parte de la existencia humana que más me interesa y fascina. A los que les obsesionen estas cuestiones tanto como a mí les recomiendo el libro Teenage; the creation of youth 1875-1945 de Jon Savage. Es pre-rock'n'roll y pre-pop, y empieza con los victorianos, cosa que lo hace aún más inaudito e interesante.

Por otro lado, en varias charlas de barra de bar, así como algún medio de comunicación, has anunciado que vas a encarar una nueva etapa literaria centrada en la vida adulta, llena de obsesiones malcriadas, ilusiones rotas y esperanzas templadas. ¿Puedes adelantarnos algo al respecto?



Es un género que no existe, pero que de hacerlo se llamaría "Novelas de cuarentones en caída libre". Los 40 son otro momento crucial y potencialmente destructivo de la vida. La gente, al acercarse a esa edad, se vuelve majara. Lo de la Crisis de los 40 no es un cliché, sino una verdad aterradora y con enormes posibilidades narrativo-humorísticas. Es terreno adobado para la tragicomedia. Todos esos tipos cargados de sueños rotos, esperanzas aguadas, caminos erróneos, amistades perdidas, vidas malgastadas y un continente físico que ya no les obedece con los años (los achaques, que se multiplican) llegan a un vórtice de catarsis en que todo es posible. Pierden la razón, y es en ese vórtice donde acontece lo imposible: squares que empiezan a ir a putas regularmente, abstemios que empiezan a engullir MDMA como gominolas, tipos consistentemente casados que de repente empiezan a sentir la compulsión de cubrir a toda fémina con la que se cruzan, tíos más envarados que amish y con gustos Jose-guardiolesques que empiezan a lucir "moda joven" y a bailar música electrónica... Es una novela que pide a gritos ser escrita. No puedo adelantar más que eso, porque soy un poco supersticioso en lo de hablar de trabajo en progreso.

El Día Que Me Vaya No Se Lo Diré a Nadie fue tu debut. Pero mientras se lee da la impresión de que ni siquiera te lo planteaste como un libro o un relato, sino como un “voy a crear estos personajes, en este contexto, y a ver qué pasa”. ¿Es una percepción correcta o todo estaba planeado de antemano?



Bien descrito. En aquel momento estaba leyendo a Richard Brautigan compulsivamente, y estaba en mi cénit personal de espíritu filo-twee. Después de muchos años de destrucción de la inocencia, pasaba por un momento en que quería volver a ella, aunque fuese de forma simulada (no hay manera de recobrar la inocencia a los 28; han pasado demasiadas cosas terribles, demasiadas traiciones y dolores, hay demasiada culpa y pena). El día que me vaya... era una celebración de la inocencia y pureza. Se me ocurrió escuchando "You can hide your love forever" de Comet Gain, una canción que casi habla de la castidad como de algo deseable. Se trata de un anhelo por algo puro, bello e indestructible. Mejor un amor puro e imaginado que uno verdadero que vas a manchar, esa era una de las premisas. Es un concepto un poco Dexys, también, ese del anhelo de pureza, de limpieza. Pero no había una linea argumental clara, aparte de capitulear con título, a la Brautigan, y la personalidad de los personajes principales. Y lo del Mundo Paralelo, que está clarmente influenciado por La tentación vive arriba y Billy Liar.

Por otro lado, El día que me vaya era también una especie de apuesta conmigo mismo, un auto-chulearme: "¿A que no vas y escribes una novela, payaso? No hay huevos". Así que tuve que escribirla, para demostrarme que podía. Luego están las razones negativas por las que nació El día que me vaya... A veces, el rechazo a algo es una fuerza creativa tan poderosa como el amor hacia algo. Mi novela de debut está en enorme deuda con el Extrañas criaturas de Jo Alexander, el Raro de Benjamín Prado y el Héroes de Loriga. Fue leyendo estos libros espantosos, deshonestos, estoy-locos e inconscientemente humorísticos que me dije por primera vez: 'Coño, K, tú puedes hacer algo mejor que esto. Es imposible hacer algo más malo'.

Tu segundo libro, Cosas que Hacen BUM, pecó, según muchos, de excesivamente name-dropper. Otros lamentaron estar cerca (o haber pasado) ya de la trentena cuando salió, aseverando lo habrían disfrutado a fondo de haber tenido 14-15-16 años. Por otro lado, capturabas bastante bien la mentalidad que imperaba en los ’90 en Barcelona… en fin, la pregunta es: ¿Aún quieres-amas ese libro o, con el tiempo y Rompepistas mediante, te has distanciado emocionalmente del mismo?



Lo de la mentalidad de los 90 en Barcelona sí me sorprende, porque jamás me he sentido particularmente parte de mi tiempo ni lugar. Pero, en cualquier caso, tengo con el BUM una relación de amor-odio (bueno, tal vez odio sea demasiado fuerte; digamos desagrado). El BUM nació a caballo entre dos de los peores años de mi vida, y en un nefasto momento personal. Es un producto directo de un momento, y como tal me trae recuerdos horribles. Por otra parte, tiene un montonazo de fans (muchísima gente lo prefiere a Rompepistas; craso error, a mi modo de ver, pero contra gustos...) y conserva muchas cosas buenas. Con todo su name-droppismo y aplastante autoreferencialidad y universo de obsesiones, es una novela firmemente anclada en la tradición. Tiene trama, pasan multitud de cosas, hace reír, tiene pathos, se lee ágil, hay un cierto misterio... Por tanto, en las cosas esenciales es una buena novela; no es una patraña posmoderna con título en inglés y capitulitos a lo entrada de blog. Dicho esto, sí podría haber metido menos nombres de cosas que me obsesionan. Uno siempre se da cuenta de este tipo de cosas demasiado tarde. En cualquier caso, para mi el BUM representa una educación práctica para llegar a Rompepistas.

En Rompepistas retrocedes aún más y, tras personas sobre la treintena o la veintena, pasas a describir la vida de un chaval a medio camino entre el niño y el adolescente. Con todas sus miserias. ¿Implicó esta novela una gran regresión por tu parte, o era más bien un cúmulo de recuerdos y sensaciones que ya habías ido re- exhumando y digiriendo, con lo que fue relativamente fácil escribirla?



Rompepistas es una de esas creaciones sobre las que lees a menudo, y que pasan una sola vez en la vida de un autor. Un libro catártico y una experiencia emocional inaudita, Rompepistas es mi primal scream, mi terapia psiquiátrica, hecha ficción. Escribiéndola no paré de llorar: No, en serio: no en plan cursi, ni para hacerme el maldito; simplemente, no me podía contener. Recordar lo pequeños que éramos a los 17, lo que nos pasó a mí y a mis amigos, los lazos que creamos, las pequeñas catástrofes que cayeron encima nuestro, y a la vez el orgullo de pandilla, la arrogancia extrema que da el formar parte de algo. Rompepistas es un canto a la amistad de pandilla y un homenaje a los amigos skinheads de 1987 y 1988, mis colegas de adolescencia. Como experiencia emocional, nunca volveré a tener el vínculo que he tenido con Rompepistas; soy consciente que es una cosa única que no volverá a pasarme. Casi mejor, porque me pasé el 2008 sollozando por las calles como una niñata. Pero era de la emoción, por recordarlo todo y por haber hablado al fin de una historia (pandilla de teenagers dañados y cabreados en el extrarradio de los 80's) que nadie hubiese contado. Nuestras vidas hubiesen desaparecido sin dejar recuerdo alguno. Pero ya no. En 30 años, la gente leerá Rompepistas y dirá: Esto era así. Y es verdad: lo era. Exactamente así.



Continuará...

miércoles, 20 de enero de 2010

Privates Hammond Orchestra – Desde ‘Glesga’ con ardor (de pies)


Les hemos visto en el Beat Goes On de Luanco, y nos ha vuelto a gustar su manera de seguir perpetrando ese sonido peculiar a base de mucho R&B, algo de Boogaloo y mucho, mucho Hammond. Esa amalgama de sonidos que molan, a la que este bunch of Glesgayans nos tenía tan bien acostumbrados.

Además, son escoceses. Y eso sólo puede querer decir una cosa: pertenecen a una de las mejores especies humanas con las que decaer en una barra de bar, mientras la conversación se entorpece, las piernas flaquean y la pronunciación se va a la mierda, lingotazo tras lingotazo.
Y eso, sólo eso, ya de entrada mola.

Pero yéndonos al quid de este post, el grupo y su música, Privates Hammond Orchestra son un trío que atesora -continúa atesorando, más bien- el groove de su primera encarnación (Boogaloo Investigators) y la coolness de su segunda aventura (esos Five Aces / Bottleneckers que tuvimos el placer de traer a tocar al Hervidero; concédannos algo de autobombo).

Con esas credenciales, el grupo no ha tardado en plastificar su primer 45 RPM, el fantástico I’m Sorry (Can I Please come Home), un fantástico R&B rápido con la voz de Bob Kane y, en la cara B, otro revientapistas instrumental de corte, esta vez, Hammond Funk: The Battle of Yoker, perfecto bombazo para segregar glándulas sudoríferas en la pista de baile.

El disco ha sido editado recientemente por el (muy desigual) sello italiano, Record Kicks, en colaboración con el sello de la banda, Sparla, y pueden hacerse con su copia clicando
AQUÍ

Si no se fían de nuestro criterio (lo cual vamos a tardar años en perdonarles), y antes de proceder al dispendio desean escuchar éstos, junto con otros temas aún inéditos, pueden hacerlo en el MySpace de la banda, cuyo enlace hallarán –como viene siendo ya recurrente- en nuestra sección de links.

Por nuestra parte, recomendamos la compra del disco a ciegas, sí; y con las orejas bien despejadas. Y con el calzado adecuado, no sea que los bailoteos de rigor provoquen ardor en sus pezuñas.





[En la imagen, el guitarrista luciendo Danelectro, amplificación vintage y chorros de sudor, en el concierto en Luanco. Todo ello hábilmente capturado por la cámara de Sara]

domingo, 17 de enero de 2010

The Teenagers – “Este disco es nuestro homenaje a la mejor música y escena del mundo”


Al Supersonic & the Teenagers son un fenómeno raro-muy-raro. Porque, ¿cómo, estos seis Soul Boys granadinos, han podido convertirse en una banda tan cojonuda? ¿Cómo lo han hecho, sin apoyos de multinacionales ni campañas de marketing? Maldita sea: ¿Cómo?

No somos músicos profesionales, no somos políticamente correctos, y mucho menos somos el modelo a seguir para nadie. Somos escoria y todo lo que os de la gana, pero somos de verdad. No nos disfrazamos ni sonreímos, si no nos apetece. Nunca nos hemos considerado una banda de soul, porque respetamos a toda esa gente que ha invertido su vida en esto, porque respetamos a los artistas y a sus discos, que nos han dado la oportunidad de ser diferentes. Respetamos y amamos lo que creemos que hace este mundo un poco mejor”, explica Al Supersonic, guitarra y voz principal de este combo granadino, cuyos singles pueblan pistas de baile con los dancers más exigentes.

Con tres singles en la calle y una conspicua actividad en directo a sus espaldas, la banda encara el nuevo año con un elepé previsto para marzo o abril, que llevará por título Not Too Young, y que “recogerá la sesiones junto a Carlo Coupe en sus Funkorama Studios de Madrid”. Un disco que Alfredo define, sin ambages, como su “particular homenaje a la mejor música y escena del mundo”. Un disco que –tras lo visto, dicho y oído- vamos a esperar con desesperación enfermiza, ya lo avisamos.

Pero cabe, inevitablemente, insistir en LA pregunta: ¿Cómo, estos seis apasionados de Soul, han llegado a esto? ¿Nos lo explican?

Un poco de antecedentes

La de The Teenagers es la historia de seis jóvenes atrapados por el Soul y un incomprensible lazo de unión común, que es el de tomarse a The Housemartins en serio. No apareció de repente la idea de hacer una banda de soul, lo que realmente ocurrió es que surgió la necesidad de hablar sobre el Soul, sus artistas, allnighters, la vuelta a casa, etc… queríamos contar lo que significaba para nosotros ese sentimiento que se estaba convirtiendo en una obsesión. Daba la casualidad de que algunos de nosotros formábamos parte de una banda amateur, y teníamos conocimientos básicos de música, y encontramos en la música (que ironía) una válvula de escape para aquella fiebre

Esa fiebre fructifica en sus primeros pasos por escenarios de fiestas, Soul & Mod weekenders y scooter runs donde, literalmente, la banda se curte. Para cuando sacan su single de debut, I Don't Know (Where Is My Girl?) / Mess Around, para la indie Rock On, la banda ya está consagrada en el circuito Soul más allá de las fronteras patrias, y el single ya suena en allnighters británicas creciendo en demanda y precio, y acrecentando el halo legendario del grupo: “Tomamos el éxito de nuestro primer disco como una muestra de apoyo a nuestro trabajo. Lo cual nos ayuda a seguir adelante y marcarnos nuevas metas. Para eso estamos aquí, intentando siempre poner nuestro cariño y nuestro mejor hacer en la música que hacemos”.

A breve distancia de este debut discográfico le sigue la firma de contrato para la alemana Unique Records y la salida de otros dos 45s. El primero, Keep On Walking / Lean On Me, representa un adelanto del que será su elepé y ya se ha convertido, por méritos propios, en un total llena pistas. El segundo lo publica la española Liquidator y, pese a estar grabado junto a la leyenda jamaicana Roy Ellis (The Bees, Pyramids, Symarip), “para nada es de estilo jamaicano. Tuve la oportunidad de ver a Roy en concierto hace poco. Estaba cantando el clásico de Symarip Stay with him y su voz me cautivó completamente y se me ocurrió la idea de hacer un disco juntos. Tras hablar con él nos pusimos manos a la obra y el resultado lo tenéis en este Let me take you higher.
Es un tema original de The Teenagers, en una vena totalmente uptempo 60s Soul, donde la voz de Roy Ellis cobra todo el protagonismo”.

Salto hacia las doce pulga
das

A principios de 2009, los Teenagers se encierran en el estudio del prestigioso hammondista, compositor y productor Carlo Coupé (verdadera vaca sagrada de la black music de calidad grabada en este país), para grabar los temas que contendrá su primer elepé, para Unique.


Una experiencia, la de trabajar con Coupé, que Alfredo define, sin titubeo alguno, como “Fantástica. Desde un principio teníamos claro que tenía que ser él quien nos grabara. Somos fans del sonido de sus trabajos. Nadie como Jesús consigue esa atmósfera en las grabaciones. Su estudio es estupendo, lleno de equipo totalmente vintage, Hammonds, sintetizadores,… Increíble! Estamos seguros de que volveremos a trabajar juntos!”.

Además de tener ya apalabradas fechas de presentación del disco en España y Alemania, el grupo (al igual que sus fans) espera con ansia la salida de un disco que “a diferencia de los 7”, los discos de larga duración te brindan la oportunidad de ofrecer un abanico más amplio de posibilidades y estilos”, y con el que pretende rendir pleitesía al Soul como idea musical y, a la vez, como escena.

Y, para finalizar...

Agradecer una vez más todas las muestras de cariño recibidas y a toda la gente que nos sigue por su apoyo, sin ellos esto no tendría sentido. Nuestra indiferencia para quienes convierten el soul en un simple negocio o una moda pasajera: SOUL O MUERTE!!!

Nosotros elegimos, naturalmente, Soul.



Al Supersonic & The Teenagers son:
Vanesa Spin
– Órgano, piano eléctrico, piano.
Gustavo Fernández – Guitarra Baja y coros.
Javi Frías – Batería y coros.
Víctor MacManaman – Trombón de varas.
Juan Almendros – Saxo tenor.
Al Supersonic – Guitarra y voz principal.


[Si desean más información, les damos permiso para que se paseen por nuestra sección de links donde, como no podía ser de otra manera, hallarán el enlace al MySpace de la banda]

viernes, 15 de enero de 2010

Firadisc– festín vinílico en Barcelona


Para quienes estén este fin de semana por Barcelona, no dejen de acudir, entre el viernes 15 y el domingo 17, a Firadisc, la VII Fira del Disc de Les Cotxeres de Sants. Una feria del disco con entrada gratuita, horario amplísimo, y toneladas de vinilo para aplacar el mono de los más insaciables yonquis del vinilo.

Entre los vendedores, no dejéis de visitar a Marcos & Edu y a Oriol "Machito" & Raval Groove, con copiosas selecciones de singles, maxis y Lp's de Soul, Jazz, Funk, Reggae, Brazil & latin Grooves.


Viernes 15 • sábado 16 • Domingo 17
C/ de Sants 79 • Barcelona
Entrada gratuita

jueves, 14 de enero de 2010

The Sparkles - Doo Wop de ahora mismo


Los barceloneses The Sparkles salen a palestra con un EP editado por el sello Música Fundamental, que recupera, en contenido y diseño, lo más cool de la década de los 50 y, sobre todo, demuestra al respetable la envidiable salud de la que goza un estilo insólito como es el Doo Wop, en la Ciudad Condal.

No podía ser de otra manera, habida cuenta de la trayectoria de muchos de sus componentes, curtidos en escenarios de todo tipo, pero sin renunciar jamás –ni de coña- al gusto por sonidos 50s y early 60s ejecutados con criterio.

Una coherencia y claridad de ideas que fructifica, por fin, en un disco, del que se espera que sea incipit de su carrera discográfica, y no singular anécdota. Y que, además, va más allá de un sonido doo wop canónico, completando con otros léxicos adyacentes un discurso musical rico en matices y detalles, listos para ser degustados por aquellos gourmets acostumbrados a epicúreas ingestas musicales.

El disco está editado a 33 RPM pese a sus 7 pulgadas de tamaño, contiene sendas versiones del Monkey’s Uncle de Annette Funicello y del Break-a-Way de Irma Thomas y dos temas propios (The Moon y When I'll be Able). Lo pueden pedir a través del MySpace de la banda, cuyo link hallarán, por si dudaban, en esa inmejorable sección de enlaces que nos matamos a actualizar para Uds.

De nada.



The Sparkles son:

Voz líder y armonías:
Ester Ibáñez
Sara Bejar ( también pianista)
Lídia Sobrino

Bajo eléctrico:
Guillem Gasulla

Guitarra:
Lucas

Batería:
Quique

martes, 12 de enero de 2010

Boiler Review - Un comienzo de año por todo lo alto


Ahí va mi personal crónica y agradecimientos.

Así hemos empezado el año, a lo MUY grande. El Hervidero encara su séptimo año de actividad con un fiestón donde calidad y variedad musical imperaron a sus anchas, y donde la concurrencia abarrotó el JazzRoom, colgándose el cartel de agotadas las entradas en un tiempo casi record, para no parar de bailar.

Hubo muchas quejas de aglomeración y consecuente agobio, eso sí, y vamos a hablar con los responsables de la sala para que se siga respetando el aforo limitado a 250 personas, que se planteó ya el año pasado, y que en esta ocasión parece que no se observó. Por otro lado, os seguimos conminando a que no os durmáis en los laureles y acudáis a la cita con la debida puntualidad, de cara a evitar que os quedéis en la puerta.

Cerveceros y refresqueros habréis, asimismo, notado que la consumición mínima no ha subido de precio. Ni lo hará durante todo 2010, ni en el Boiler ni en el Movin’ On. Compromiso al que hemos llegado con la sala –que para otras fiestas sí ha subido los precios de las consumiciones- para contener el gasto etílico de la concurrencia.

Los DJs:

Los Boppin’ The Blues, Laia y Óscar, encendieron la mecha con una excelente selección de Rocking R&B que, ya desde la primera hora, creó una atmósfera muy especial y puso en marcha los esqueletos más intrépidos.

Jaume demostró su solvencia en el manejo de artefactos de late 50s y 60s R&B, combinando hábilmente temas más conocidos con tonadas menos habituales, y demostrando calidad y sensibilidad a los platos.

Sobre Sergio, poco más se puede añadir a esas toneladas de parabienes, zapatos gastados en pistas de baile y conspiraciones para eliminarle y apalancarse su maleta de discos, que le vienen acompañando desde hace, ya, muchos años. Por describir la brillantez de un set en que combinó Rare R&B con bombazos de Soul con una onomatopeya: PLAS-PLAS-PLAS!!!

Y, por último, Buddy. Hacía mucho tiempo que teníamos ganas de acercar a este buen señor por estos lares y, la verdad, es que el resultado me ha parecido inmejorable. Buddy fue demoledor en eso de combinar distintos palos de R&B añejo, junto a trallazos instrumentales y algunas muestras de shakers británicos de inconfundible aroma R&Bluesero. No podíamos esperar menos de un DJ que atesora una experiencia de muchísimos años animando dancefloors 50s y no sólo.

Confío en poder colgar las playlists de los invitados en el Yahoogroup del Boiler:
http://es.groups.yahoo.com/group/THE_BOILER

Agradecimientos:

Gracias, de nuevo y como siempre, a Cris & Jordi por su buen hacer y su entrega para que esto siga respirando. Gracias a quienes colaboran con nosotros, empezando por la crew del JazzRoom.


Saludos, arrumacos y agradecimientos a la cuantiosa posse valenciana que hizo acto de presencia y calentó la pista de lo lindo, a los gironins y alrededores venidos ad-hoc al Boiler y a todos los asistentes de fuera y de Barcelona. A Eli “Paperboy” Reed por el concierto del viernes, pese a que el técnico de sonido que se encargó del concierto debería dedicarse al macramé. A Marcos y Edu por la sesión espectacular en Marula. A Iván y Oriol por el latin vertido el viernes. Y a Sara, por aguantar con paciencia filobudista las eventuales quejas / consideraciones sobre la velada, por parte del personal.

A todos, gracias. Nos vemos el 13 de marzo.

Alberto






[En la afoto, parte de la crew valenciana con Alberto Hernández de fondo, capturada por el infalible objetivo de Natxo]

lunes, 11 de enero de 2010

Dani Llabrés – “Mi principal inspiración son los dementes de los que me rodeo”


Agitador cultural. Hedonista beodo. Mod sibarítico. Protagonista de grandes conversaciones, y objeto de muchas más. Amante del cine de la B a la Z. Adorador de discos recónditos de Soul, Jazz, Blues y música jamaicana. Fan en eso de combinar como es debido trapos debidamente elegantes. Tras sonadas incursiones en el cine, el fanzinerismo y la literatura demencial, el valenciano Dani Llabrés amenaza con su novela de debut, cuyo título, El Día que a Dios le dio por existir (10 plagas y 20 canciones para la escoria del soul), ya lo dice (casi) todo.

Incapaces de esperar a leerlo, hemos decidido remitirle un breve cuestionario para que nos hable de su novela y, de paso, arroje algo más de luz sobre quién es, realmente, Dani Llabrés. Y cómo lo hace.

Antes de empezar, cuéntanos un poco quién eres y, si te ves con ánimos de trascender los datos anagráficos, por qué.


Vaya, veo que empezamos fuerte. Pues en cuanto a quién soy (esa gran pregunta que cada vez nos hacemos menos) diría que la cosa oscila entre un liberto con fecha de caducidad, un espartano con ínfulas de bohemio y un librepensador lastrado por el existencialismo. En cuanto al por qué: simplemente es mi sino como producto del jazz moderno.


Has editado un fanzine (Cool Street) y has colaborado en unos cuantos más. ¿Sigues compartiendo con la humanidad tu sabiduría a través de artículos? ¿Si sí, dónde?

Gracias por el halago, aunque pienso que lo que Ud. llama sabiduría no va más allá de dedicación a la reflexión (la propia y la ajena). Y sí, en los últimos años he tenido una sección llamada Freak Show en la revista Miralls (una publicación subvencionada por el Instituto Valenciano de Arte Moderno) y a partir del mes que viene empezaré a colaborar en el blog de la televisión digital Ocio Urbano.


A mediados de la pasada década sales a palestra con tu debut, el libro de relatos Pequeños Freaks. ¿Por qué esa obra? ¿No te pareció demasiado "broma privada", poco o nada comprensible para los más?

Cuando tu cerebro es un estercolero, el contar historias es la mejor terapia para no acabar en la puerta de un colegio con sólo una gabardina y regalando “golosinas”. Y sí, fue una pequeña gran broma privada imbuida en ese animus fanzineril que tanto nos gusta y que tiene en la inmediatez, la irreverencia y la complicidad sus mayores aliados (o sus mayores enemigos, según se mire).


Por otro lado, también colaboraste con un magnífico relato en el errático El Retorno de los Teenagers, una suerte de repaso autobiográfico, perfecto para dar rienda suelta a esos lacrimales unidos al hipocampo. Cuéntanos cómo nació (y se desarrolló) la cosa.


Pues la cosa surgió hace años, cuando me pidieron que escribiera un artículo sobre la evolución del modernismo hispano y que, en un intento de huir del tópico, acabó siendo VEINTE AÑOS A 45 R.P.M.: un viernes cualquiera en la vida de un mod “cualquiera” y sus amigos en el año 85, 90, 95, 2000 y 2005. El libro en el que debía salir el relato nunca llegó a editarse y años después me lo encontré sorpresivamente publicado (y algo mutilado) en EL RETORNO DE LOS TEENAGERS.

El mundo del celuloide tampoco se ha librado de tus incursiones a través de un cortometraje que hizo época en el salón de tu hogar. ¿Serías tan amable de explicarnos cómo nació, de qué iba, y a qué oscuras pulsiones respondía la necesidad de concebirlo y rodarlo?

TARDE DE DOMINÓ, que así se llamaba el susodicho, trataba (como así rezaba su sinopsis) de cuatro amigos que utilizaban como excusa el dominó para disertar sobre las grandes cuestiones de su existencia: la mierda de perro, las mujeres de uniforme y otras facetas del romanticismo.

Si bien fue un hijo agradecido (pues fue seleccionado en un buen puñado de festivales y recibió premios de manos de Santiago Segura y José Antonio Quirós –aunque estoy firmemente convencido de que lo de la crisis del cine español comenzó ahí-), también fue una de las razones de optar por la narrativa como mecanismo para la eliminación del detritus mental. Porque lo de lidiar con el ego de los actores mientras el director de fotografía y el eléctrico se intentaban partir la crisma mutuamente a golpe de foco era un peaje demasiado caro para poder contar una historia. La experiencia me enseñó dos cosas. Una: para que un proyecto funcione lo mejor es que sólo dependa de ti. La llamada teoría del hombre-orquesta. Dos: un foco son doce puntos de sutura en la cabeza, una claqueta sólo seis. Elige siempre foco.

Finalmente te tomas tu tiempo para completar tu primera novela, aún inédita, El Día que a Dios le dio por existir (10 plagas y 20 canciones para la escoria del soul) ¿Nos puedes explicar la sinopsis, please?

Es la historia de cuatro fanáticos de la música afroamericana y un bulldog que tras dos días de excesos y jarana llegan a la conclusión de que el fin del mundo ha llegado y ellos son los elegidos para salvarlo. Vaya, lo que podría ser una revisión actualizada y lisérgica de las novelas de Los Cinco.


¿En quién te inspiraste a la hora de escribirla (autores, guionistas, cineastas, músicos... nos interesa saber/conocer cuantas más influencias mejor!)?


Sin lugar a dudas, la principal inspiración de la novela, aparte de las distintas subculturas en las que chapoteo, fueron los dementes de los que me rodeo. Tipos que llevan tantos años viviendo sus personajes que han acabado convirtiéndose en ellos. Si hubiera hecho caso a mi madre y a su “estos amigos no te convienen” nunca hubiera escrito esta novela. Tal vez me habría dedicado a la novela histórica o a los libros de autoayuda y mi trabajo sería escribir (si se puede llamar trabajo a hacer algo que te gusta) pero seguro que no me hubiera divertido tanto por el camino.

En cuanto a las influencias musicales, esta es una novela con banda sonora donde no falta buena parte de la mejor música de todos los tiempos: Marvin Gaye, Jimmy Reed, Laurel Aitken, Temptations, Nancy Wilson... En cuanto a las literarias, pienso que no existe ninguna inspiración consciente aunque estoy seguro de que todos esos autores que pasaron por mis manos mientras la escribía (Irvine Welsh, Palahniuk, Hornby, Sartre, Easton Ellis, Boris Vian, Huxley, Hermann Hesse, Ray Bradbury…) han ido dejando su poso. Por lo que se refiere a las reminiscencias cinéfilas no faltan 'Miedo y asco en Las Vegas', 'El día de la bestia' y un sinfín de citas tomadas prestadas a films de Tarantino, Ridley Scott, Peter Jackson, Scorsese… Vaya, que tonterías las justas.


¿Sigues repasándolo y modificándolo (refiriéndome, naturalmente, al manuscrito), o te has plantado en lo que decidiste que era el resultado inmejorable?


De momento sigo en la fase de mutilación y sutura. Un embarazo tan dilatado como el que acaba alumbrando (con cesárea) una novela siempre corre el riesgo de verse afectado por toda una serie de cambios personales que acaban metastatizando a tus criaturas. En mi caso lo de la corrección del manuscrito está siendo como ir en un endiablado tren-bala. Cada vez que acabo de repasarla se me ocurre releer alguna página al azar y acabo volviendo a empezar. Por eso es como un maldito tren-bala: si no te bajas en la última estación es imposible hacerlo hasta que de nuevo llegues al final del trayecto.


En caso de haber dado por cerrada la aventura de corregirlo, ¿estás ya trabajando en algo nuevo? ¿Puedes adelantar información al respecto?


Mi prioridad inmediata es acabar, de una vez por todas, de corregir la corrección corregida de la novela. Algo que debería estar finiquitado desde hace meses pero que proyectos de distinta índole (un comic-book con Alex Barbarroja, o la creación de una web) no han permitido.


¿Existen posibilidades a corto plazo de encontrar El Día que a dios le dio por existir (10 plagas y 20 canciones para la escoria del soul) en librerías o, si més no, de poder ordenarlo online?


Si a corto plazo se puede traducir como dentro del presente año: sí. Ya sea de una forma u otra la criatura verá la luz.


Por último, si lo deseas, puedes añadir cuanto te plazca: desde palabras de amor hasta amenazas de muerte o algo peor.


El fin del mundo ha llegado y vosotros sois los elegidos para salvarlo. He dicho.


Quedan avisados.



[En la imagen, Dani sosteniendo la bola recién extirpada del esófago de Olivia, su perra bulldog: “he padecido unas navidades toledanas donde esa suerte de cerdo-ibérico-con-piel-de-bulldog que poseo se ha dedicado a celebrar cada señalado día con festivales de la hez y el vómito, que han culminado con operación de urgencias por oclusión intestinal”]

martes, 5 de enero de 2010

Eli 'Paperboy' Reed VS Right Ons – el mejor warm-up


Avisamos que este viernes 8, y en contra de nuestra ya arraigada costumbre, no habrá warm-up DJ set en Barbara Ann.

Consideramos que el concierto que, la misma noche, darán Eli 'Paperboy' Reed y los Right Ons en la Sala Apolo resulta, de por sí, mucho más atractivo y nosotros mismos, que pasamos olímpicamente de ir a ver al artista en su última y festivalera visita a nuestra ciudad, estamos deseando disfrutar de su savoir faire sobre los escenarios, sin por ello hinchar las arcas del tinglado Primavera Club.

Una excelente ocasión para disfrutar de un directo, a decir de buenos entendedores, apabullante.

Así pues, nos vemos en el Apolo!

... Y para quienes quisieran seguir con la fiesta, Edu Domingo y Marcos Juandó estarán pinchando la misma noche en el Marula, que pilla bastante cerca, en C/ Escudellers 49.


[Para más información sobre el Reed, consulten su página web en nuestra sección de links. Para más información sobre su visita barcelonesa y el concierto de Madrid del jueves 7, pinchen, sin complejos, AQUÍ]