martes, 6 de abril de 2010

Las Guindas celebra su 5º aniversario, como mandan los cánones


Premisa, panegírico de El Bar

¿Alguna vez se han preguntado qué sería de su vida sin El Bar?

Y cuando hablamos de El Bar nos referimos a ese lugar donde acudir cuando se necesita encender conversaciones, ahogar penas, echar risas; en definitiva, huir de ese intolerable outside world que acecha con sus miserias y agravios.

Pero, ah amigos, aquí hay trampa.

Está claro que no hay un El Bar concreto, identificable universalmente y con validez para todo el mundo, como reducto último de salvación del mundo exterior y definitivo templo de emponzoñamiento hasta alcanzar las altitudes de una sana bolinga, con todo lo que ello conlleva. Cada uno tendrá su proprio El Bar, o sus propios Los Bares.

Pero no todos los bares pueden ser El Bar. Aquí no vale cualquiera. Porque lo que distingue a El Bar del bar mondo y lirondo, el bar con minúsculas donde parar a tomar un cortado o echar un quinto rápido antes de hacer cualquier otra cosa, es su carácter, su atmósfera: lo en casa que le hace sentir a uno cuando su nalgatorio calienta sus asientos.

El Bar es algo tan subjetivo como necesario. Tan mentalmente higiénico que da hasta miedo. Porque imagínense un mundo sin, por lo menos, un El Bar en sus vidas. Asusta ¿verdad? Acongoja no disponer de ese lugar donde saben de antemano qué les va a apetecer tomar, y les conocen por su nombre, y el volumen de lo que sea que suene no entorpece su conversación, sino que la acompaña.

¿Un mundo sin El Bar? ¿Y dónde irían a parar todas esas risas, esas conversaciones, esos silencios meditabundos y esas tajas adquiridas a base de quintos, medianas, jarras o cacharros? Tomen nota: El Bar constituye un gran ahorro en psicólogos. Intenten vivir sin él. Intenten vivir sin su Verdad. Sin La Verdad de El Bar.

Inténtenlo, y seguro que lo acabarán lamentando.

Y ahora, al Grano

Dicho lo cual, nos complace sobremanera ver cómo nuestros particulares El Bar / Los Bares cumplen años y siguen adelante, con el tiempo de su lado que decía la canción de Irma Thomas, alejados de la tan temida desaparición en pro de nuevas franquicias de Starbucks y compañía (que vienen a ser algo así como la antimateria de El Bar).

Desde el glorioso casi cuarto de siglo del Barbara Ann, hasta la difícilmente calculable edad del Blues Café, los 70 años del Bar Ramón y, ahora, lo que se celebra: el primer lustro de vida de Las Guindas: un pequeño vivero de cosas y sonidos cool en la intersección entre el Barri Xino, el Paral•lel y el Eixample.

Jolgorio a punta pala, es lo que Las Guindas promete el próximo sábado 10 de abril con warm-up party en el mismo local, y gran fiesta en Apolo con el directo de The Kongsmen (presentando además elepé de debut), y sesiones tras los platos por parte de los colaboradores habituales del lugar, con una selección de R&B, Soul, Funk, Boogaloo, 6ts Punk y R&R sin paliativos.

Lo dicho: ¿Alguna vez se han preguntado qué sería de su vida sin El Bar?

Pues piénsenlo bien. Y luego valoren Uds. mismos si la supervivencia del mismo no es digna de celebración!


Las Guindas
C/ Sant Pau 126
Barcelona

2 comentarios:

  1. Buenos días. Vivir en el extraradio de las urbes es lo que tiene. ¿Bares? De los de verdad, de los que molan, por aquì no hay ni uno. Tal vez alguno asociado al mundo futbolero. ¿Bares?, los de antes, el Ramonas, el Jam, el Bareto de Paco, el Magarit, el Clash y un largo etcétera. Esos fueron mis bares. Hoy por supuesto tambièn existen bares como los de antes, pero en la capital. Aquì paso ratos en bares en los que sientes las miradas obscenas de la gente con el propòsito de juzgarte mientras consumes la birra y devoras el perìodico. Por supuesto que sigo entrando en estos bares, a por tabaco, a por unas cañas, a charlar con algùn amigo, pero lo dicho bares los de antes, como los que tù mencionas. Un saludo.

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  2. Buenas Javier!

    Lo bueno de El Bar es que puede ser cualquiera. Para mucha gente, El Bar es el local fritanguero, con la tele puesta todo el día, y una constelación de servilletas, colillas y huesos de oliva en el suelo. Y es súper respetable. cada uno se siente en casa donde mejor le sienta.

    Quizás sí encuentro muy difícil que El bar lo sea un sitio que cambia de camareros cada dos meses (o dos semanas), y donde no hay un mínimo de profesionalidad detrás de la barra.

    He dejado de ir regularmente a sitios por este mismo motivo. Ese borrón y cuenta nueva que garantiza la no-continuidad.

    Brazo!

    A.

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