Este mes de marzo marca el final de una era con la que tenemos mucho, muchísimo, que ver. Este mes de marzo, el Hideaway Club de Manchester, celebra su última sesión como club mensual, aglutinador de lo mejor en materia de R&B y Soul añejo.
Por extraño que parezca que la organización de un club barcelonés se lleve las manos a la cabeza por algo que ocurre a miles de kilómetros más al norte, a nosotros este hecho nos toca de cerca. Muy de cerca.
Diríamos, de hecho, que íntimamente.
Porque hace cosa de ocho años, cuando empezamos con el Boiler e íbamos de local en local a proponer nuestra idea ante el pitorreo de amos de garito zopencos que no le veían ni futuro ni presente al proyecto, nuestra máxima inspiración era el Hideaway: ese secreto enquistado en algún cavernoso y oscuro recoveco mancuniano, donde sonaba el mejor R&B aderezado con gotas de otros sonidos negros de los 50 y 60, siguiendo una tradición de decenios iniciada con el Twisted Wheel, como precursor de toda esta cultura clubber que pervive hasta hoy.
Y para nosotros, aunque nuestra política musical fuese un poco más amplia respecto al club que estos días claudica, nunca dejó de ser una inspiración que se vio fortalecida cuando, invitado por nosotros a endulzarnos los oídos en el aniversario de 2009 del Boiler, Neil Henderson, uno de los fundadores y residentes del Hideaway, alabó nuestro club.
A ver, no todo son malas noticias. Parece ser que el club no cierra del todo y sus miembros seguirán en activa bajo otras fórmulas que les permitan conciliar las obligaciones de la edad adulta con su enfermiza pasión por los compases que todos amamos y conocemos.
Pero lo que está claro es que, tras 12 años y 133 sesiones, el que fue nuestro faro en la oscuridad y nos dio pilas, alas, fuelle y más ganas de hacer cosas como el Boiler, no volverá a ser lo mismo.
Aunque, eso sí, para nosotros seguirá siendo esa inspiración, esa idea bella y romántica, oscura y ritmada, que en su día asumimos como ejemplo a seguir.
Queridos Neal, Paul y Mike: gracias por todo!
Seguís siendo un enorme referente.
Por extraño que parezca que la organización de un club barcelonés se lleve las manos a la cabeza por algo que ocurre a miles de kilómetros más al norte, a nosotros este hecho nos toca de cerca. Muy de cerca.
Diríamos, de hecho, que íntimamente.
Porque hace cosa de ocho años, cuando empezamos con el Boiler e íbamos de local en local a proponer nuestra idea ante el pitorreo de amos de garito zopencos que no le veían ni futuro ni presente al proyecto, nuestra máxima inspiración era el Hideaway: ese secreto enquistado en algún cavernoso y oscuro recoveco mancuniano, donde sonaba el mejor R&B aderezado con gotas de otros sonidos negros de los 50 y 60, siguiendo una tradición de decenios iniciada con el Twisted Wheel, como precursor de toda esta cultura clubber que pervive hasta hoy.
Y para nosotros, aunque nuestra política musical fuese un poco más amplia respecto al club que estos días claudica, nunca dejó de ser una inspiración que se vio fortalecida cuando, invitado por nosotros a endulzarnos los oídos en el aniversario de 2009 del Boiler, Neil Henderson, uno de los fundadores y residentes del Hideaway, alabó nuestro club.
A ver, no todo son malas noticias. Parece ser que el club no cierra del todo y sus miembros seguirán en activa bajo otras fórmulas que les permitan conciliar las obligaciones de la edad adulta con su enfermiza pasión por los compases que todos amamos y conocemos.
Pero lo que está claro es que, tras 12 años y 133 sesiones, el que fue nuestro faro en la oscuridad y nos dio pilas, alas, fuelle y más ganas de hacer cosas como el Boiler, no volverá a ser lo mismo.
Aunque, eso sí, para nosotros seguirá siendo esa inspiración, esa idea bella y romántica, oscura y ritmada, que en su día asumimos como ejemplo a seguir.
Queridos Neal, Paul y Mike: gracias por todo!
Seguís siendo un enorme referente.
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