lunes, 25 de enero de 2010

Kiko Amat sigue haciendo BUM! – Parte 1


Incendiario mod en los 80, barcelonés anglófilo, incansable fanzinero, punk rocker con trajes a medida, llevador de camisetas y chapas que casi nadie entiende, articulista vitriólico, desesperado name-dropper, padre de familia, soul boy con tejanos estrechos, gamberro controvertido, adorador de zapatos, acumulador de discos, ígneo conversador, devorador de quintos en bodegas; y, ahora, novelista Pop de muy difícil clasificación y elevado nivel polémico.

Es Kiko Amat, por si dudaban.

Y se lo presentamos en una larga entrevista que repasa su trayectoria literaria y no sólo, y que, por el bien de sus dioptrías y -sobre todo- por el placer sádico de crear suspense, hemos dividido en dos partes.

Ésta es la primera. La disfruten.

Con Rompepistas cerraste tu particular trilogía “teen”, después de El Día Que Me Vaya No Se Lo Diré a Nadie y Cosas que Hacen BUM! ¿Sigues pensando que ya no puedes escribir nada más, o nada mejor, al respecto? Y, claro, ¿por qué?


Lo de la trilogía no hay que tomárselo muy al pie de la letra. Es una de aquellas cosas que dices en entrevistas con plena conciencia de que va a ser el titular (uno ya tiene tiros pegaos en esto), y que en el momento tiene gracia por la conexión MacIness y la London Trilogy. Fue una manera de (volver a) lanzar cabos-flechas de influencias y cosas grandes para que la gente preste atención, más que una auténtica visión original de trilogía para las novelas. Sí las imaginé -al final, después de que todo el mundo me lo preguntara- en un solo tomo, con cubierta de piel de pecarí y mi anagrama grabado a fuego en el cuero. Pero volveré a escribir novelas de adolescentes, estoy seguro; es la parte de la existencia humana que más me interesa y fascina. A los que les obsesionen estas cuestiones tanto como a mí les recomiendo el libro Teenage; the creation of youth 1875-1945 de Jon Savage. Es pre-rock'n'roll y pre-pop, y empieza con los victorianos, cosa que lo hace aún más inaudito e interesante.

Por otro lado, en varias charlas de barra de bar, así como algún medio de comunicación, has anunciado que vas a encarar una nueva etapa literaria centrada en la vida adulta, llena de obsesiones malcriadas, ilusiones rotas y esperanzas templadas. ¿Puedes adelantarnos algo al respecto?



Es un género que no existe, pero que de hacerlo se llamaría "Novelas de cuarentones en caída libre". Los 40 son otro momento crucial y potencialmente destructivo de la vida. La gente, al acercarse a esa edad, se vuelve majara. Lo de la Crisis de los 40 no es un cliché, sino una verdad aterradora y con enormes posibilidades narrativo-humorísticas. Es terreno adobado para la tragicomedia. Todos esos tipos cargados de sueños rotos, esperanzas aguadas, caminos erróneos, amistades perdidas, vidas malgastadas y un continente físico que ya no les obedece con los años (los achaques, que se multiplican) llegan a un vórtice de catarsis en que todo es posible. Pierden la razón, y es en ese vórtice donde acontece lo imposible: squares que empiezan a ir a putas regularmente, abstemios que empiezan a engullir MDMA como gominolas, tipos consistentemente casados que de repente empiezan a sentir la compulsión de cubrir a toda fémina con la que se cruzan, tíos más envarados que amish y con gustos Jose-guardiolesques que empiezan a lucir "moda joven" y a bailar música electrónica... Es una novela que pide a gritos ser escrita. No puedo adelantar más que eso, porque soy un poco supersticioso en lo de hablar de trabajo en progreso.

El Día Que Me Vaya No Se Lo Diré a Nadie fue tu debut. Pero mientras se lee da la impresión de que ni siquiera te lo planteaste como un libro o un relato, sino como un “voy a crear estos personajes, en este contexto, y a ver qué pasa”. ¿Es una percepción correcta o todo estaba planeado de antemano?



Bien descrito. En aquel momento estaba leyendo a Richard Brautigan compulsivamente, y estaba en mi cénit personal de espíritu filo-twee. Después de muchos años de destrucción de la inocencia, pasaba por un momento en que quería volver a ella, aunque fuese de forma simulada (no hay manera de recobrar la inocencia a los 28; han pasado demasiadas cosas terribles, demasiadas traiciones y dolores, hay demasiada culpa y pena). El día que me vaya... era una celebración de la inocencia y pureza. Se me ocurrió escuchando "You can hide your love forever" de Comet Gain, una canción que casi habla de la castidad como de algo deseable. Se trata de un anhelo por algo puro, bello e indestructible. Mejor un amor puro e imaginado que uno verdadero que vas a manchar, esa era una de las premisas. Es un concepto un poco Dexys, también, ese del anhelo de pureza, de limpieza. Pero no había una linea argumental clara, aparte de capitulear con título, a la Brautigan, y la personalidad de los personajes principales. Y lo del Mundo Paralelo, que está clarmente influenciado por La tentación vive arriba y Billy Liar.

Por otro lado, El día que me vaya era también una especie de apuesta conmigo mismo, un auto-chulearme: "¿A que no vas y escribes una novela, payaso? No hay huevos". Así que tuve que escribirla, para demostrarme que podía. Luego están las razones negativas por las que nació El día que me vaya... A veces, el rechazo a algo es una fuerza creativa tan poderosa como el amor hacia algo. Mi novela de debut está en enorme deuda con el Extrañas criaturas de Jo Alexander, el Raro de Benjamín Prado y el Héroes de Loriga. Fue leyendo estos libros espantosos, deshonestos, estoy-locos e inconscientemente humorísticos que me dije por primera vez: 'Coño, K, tú puedes hacer algo mejor que esto. Es imposible hacer algo más malo'.

Tu segundo libro, Cosas que Hacen BUM, pecó, según muchos, de excesivamente name-dropper. Otros lamentaron estar cerca (o haber pasado) ya de la trentena cuando salió, aseverando lo habrían disfrutado a fondo de haber tenido 14-15-16 años. Por otro lado, capturabas bastante bien la mentalidad que imperaba en los ’90 en Barcelona… en fin, la pregunta es: ¿Aún quieres-amas ese libro o, con el tiempo y Rompepistas mediante, te has distanciado emocionalmente del mismo?



Lo de la mentalidad de los 90 en Barcelona sí me sorprende, porque jamás me he sentido particularmente parte de mi tiempo ni lugar. Pero, en cualquier caso, tengo con el BUM una relación de amor-odio (bueno, tal vez odio sea demasiado fuerte; digamos desagrado). El BUM nació a caballo entre dos de los peores años de mi vida, y en un nefasto momento personal. Es un producto directo de un momento, y como tal me trae recuerdos horribles. Por otra parte, tiene un montonazo de fans (muchísima gente lo prefiere a Rompepistas; craso error, a mi modo de ver, pero contra gustos...) y conserva muchas cosas buenas. Con todo su name-droppismo y aplastante autoreferencialidad y universo de obsesiones, es una novela firmemente anclada en la tradición. Tiene trama, pasan multitud de cosas, hace reír, tiene pathos, se lee ágil, hay un cierto misterio... Por tanto, en las cosas esenciales es una buena novela; no es una patraña posmoderna con título en inglés y capitulitos a lo entrada de blog. Dicho esto, sí podría haber metido menos nombres de cosas que me obsesionan. Uno siempre se da cuenta de este tipo de cosas demasiado tarde. En cualquier caso, para mi el BUM representa una educación práctica para llegar a Rompepistas.

En Rompepistas retrocedes aún más y, tras personas sobre la treintena o la veintena, pasas a describir la vida de un chaval a medio camino entre el niño y el adolescente. Con todas sus miserias. ¿Implicó esta novela una gran regresión por tu parte, o era más bien un cúmulo de recuerdos y sensaciones que ya habías ido re- exhumando y digiriendo, con lo que fue relativamente fácil escribirla?



Rompepistas es una de esas creaciones sobre las que lees a menudo, y que pasan una sola vez en la vida de un autor. Un libro catártico y una experiencia emocional inaudita, Rompepistas es mi primal scream, mi terapia psiquiátrica, hecha ficción. Escribiéndola no paré de llorar: No, en serio: no en plan cursi, ni para hacerme el maldito; simplemente, no me podía contener. Recordar lo pequeños que éramos a los 17, lo que nos pasó a mí y a mis amigos, los lazos que creamos, las pequeñas catástrofes que cayeron encima nuestro, y a la vez el orgullo de pandilla, la arrogancia extrema que da el formar parte de algo. Rompepistas es un canto a la amistad de pandilla y un homenaje a los amigos skinheads de 1987 y 1988, mis colegas de adolescencia. Como experiencia emocional, nunca volveré a tener el vínculo que he tenido con Rompepistas; soy consciente que es una cosa única que no volverá a pasarme. Casi mejor, porque me pasé el 2008 sollozando por las calles como una niñata. Pero era de la emoción, por recordarlo todo y por haber hablado al fin de una historia (pandilla de teenagers dañados y cabreados en el extrarradio de los 80's) que nadie hubiese contado. Nuestras vidas hubiesen desaparecido sin dejar recuerdo alguno. Pero ya no. En 30 años, la gente leerá Rompepistas y dirá: Esto era así. Y es verdad: lo era. Exactamente así.



Continuará...

14 comentarios:

  1. ¡Buenos días!. Tengo que decir que mi vida queda enmarcada, por suerte o por desgracia, nunca se sabe, en esa futura novela. La "malaubicación" que te propinan los 40 es un hecho irrefutable. Volvíme majara por momentos y doy tumbos a ratos. De repente se me pasa y soy un ciudadano modelo para a continuación explotar cerca del techo. Pero bueno también el que lleva siendo contestatario y un poco punk, como es el caso, lleva en crisis toda la vida. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que, personalmente, ante esa descripción de lo que se me viene encima en tan sólo 8 años, me acojona muy mucho.

    Salud!!!

    A-

    ResponderEliminar
  3. Pues yo tengo "Cosas que hacen Bum" y "Rompepistas" y me quedo con el primero sin dudarlo.

    ResponderEliminar
  4. Personalmente siempre he visto el BUM! como un libro que habría adorado leer a los 14/15 años. Habría sido MI libro (y el de muchos otros coetáneos, seguro).

    ResponderEliminar
  5. Enhorabuena por la entrevista y espero con impaciencia la segunda parte, porque Kiko Amat no pierde esa vocación provocadora y en cierta manera arrogante que siempre hace interesantes sus declaraciones. saludos

    ResponderEliminar
  6. "esta canción se llama 'rompepistas' y va sobre mí, pero podría ir sobre vosotros también"
    como bien dice la cita 'rompepistas' habla de nosotros, de los que vivimos aquella época y sobre la que nadie había escrito.
    es siempre un placer leer al sr.amat!!

    ResponderEliminar
  7. En breve la segunda parte... Dejo un poco de espacio, de paso podéis releer la entrevista. Entre líneas, Kiko siempre-siempre-siempre deja caer mensajes y pistas...

    ResponderEliminar
  8. Aunque a veces de manera acertada, no considero que utilizar un libro escrito como "manual de autoayuda para desahogar las penas de uno mismo" o como dice el propio escritor "terapia psiquiatrica", sea lo correcto para enganchar a un lector avido de un buen relato.
    Rompepistas es un libro aburrido, infantil y caro para lo que te encuentras dentro, lo mejor?? La portada, hecha por Kavel Rafferty.
    Espero que me sorprenda con su proximo relato, he leido todos los libros de Kiko, y muchos articulos en periodicos y fanzines, se que es un gran escritor, pero a mi Rompepistas, me desilusiono.

    ResponderEliminar
  9. Jejeje, críticas a parte, y para alargar el suspense: habrá más (muchos más) detalles sobre lo próximo que parece que saldrá al mercado de Kiko, en la segunda parte de esta entrevista, que se publicará en breve.

    La cosa, ya aviso, pinta pero que MUY bien.

    A-

    ResponderEliminar
  10. Excelentes las entrevistas que suele dar Kiko. Esperamos con ansías la segunda parte. Saludos mexicanos. Por otro lado, qué buen blog!

    ResponderEliminar
  11. Tanto BUM como Rompepistas me gustaron mucho. Son distintas. Rompepistas de hecho no me desilusionó nada, de hecho, no difiere mucho de lo que podamos encontrar en las calles.

    ResponderEliminar
  12. escribe bien, no deja indiferente, tiene un gusto musical excelente y encima es amigo de kavel. ¿se puede pedir mas?

    cuando me preguntan si me gustó cosas que hacen bum digo que es como "no demanis llobarro fora de temporada" pero con drogas. en cuanto a rompepistas, si, ahi vi mi adolescencia!
    deseando que se pnga con el de los cuarentones desubicados!!!
    si, soy un poco fan...
    saludos

    ResponderEliminar
  13. lei en el blog de kiko qu ele hiciste una entrevista, ya la tengo impresa (leer mucho en pantalla me cansa) y mañaname amenizara el viaje seguro!
    Por cierto leiste la que le hicimos unos cuantos en el foro d ehipocondria mods?

    saludos

    felipe

    p.d. subo a barcelona el 20 a pinchar, al back to 60´s con Victor y Joan

    ResponderEliminar
  14. Hola!

    Gracias por las felicitaciones y bienvenidos sean quienes no conocían este blog!

    En breve, la segunda parte, no os preocupéis!

    No he leído la entrevista de HipocondríaMods. La busco y miro a ver.

    Gracias a todos por pasaros!

    A-

    PD: "no demanis llobarro fora de temporada" pero con drogas. JAJAJAJA!!!!

    ResponderEliminar