domingo, 18 de julio de 2010

Peckham Rye – La cool Britannia se viste de seda



Peckham Rye es una de esas rimas incomprensibles que el cockney ha ido legando a esa minúscula fracción de la humanidad capaz de entenderlo, y hasta de hablarlo. No nos hagan explicarles cómo exactamente, pero sí sabemos que es la manera que el eastender londinense tiene para referirse a las corbatas.

Y de eso va este post. De corbatas. Y de pañuelos, y de fulares. De complementos de seda cool para caballeros de gusto inatacable. Porque, además de la rima antes mencionada, Peckham Rye significa otra cosa: Significa una casa que lleva la friolera de dos siglos y medio siendo un referente del dandismo londinense por definición, inglés por extensión y, ahora, internacional; por globalización.

Pero, lejos de estancarse en una sola época dorada, este comercio aglutina diferentes formas de coolness en forma de complementos para el hombre elegante: desde fulares de seda indicados para ese chap perteneciente a la C.A.D., hasta estrechas corbatas de irrefutable sabor modernista, pasando por pañuelos dignos del Hepcat más rebuscado o corbatas perfectamente inscribibles en una lógica estética Ted.

En suma, complementos que por la calidad de sus sedas, y la universalidad axiomática de su elegancia, pueden formar parte de un buen número de vestuarios subculturales, de la misma manera que pueden anidar en el armario del más repelente de los preppies, sin desentonar en ningún caso y delatando, siempre-siempre-siempre, gusto y rigor en las elecciones estéticas de uno.

A ello cabe, además, añadir el trato increíblemente amable que recibe quien visita su tienda en la céntrica Newburgh Street londinense, donde quien atiende es descendiente directo de una estirpe que, a mediados del S. XVIII, daba vida a Peckham Rye para que el dandy jamás volviera a caminar solo, sin las mejores sedas decorando sus divinos ropajes.

[Como de costumbre, pueden acceder a la página web de Peckham Rye a través de nuestra sección de enlaces, elegir sus corbatas, o foulards o pañuelos predilectos; y disfrutar de su distinguida elegancia ante sus allegados]

4 comentarios:

  1. Apuntado para mi próxima excursión londinense post-ye yé. Ya sólo me faltaba que, además de mis oídos y alma, llenaran mi armario. Genuflexión ad aeternum,

    Sr. Llabrés

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  2. No deje Ud. de visitar esta tienda, Sr. Llabrés!

    Además, y pongo a Sara por testigo, la amabilidad del señor de la tienda es algo casi tan exquisito como los complementos con los que trafica.

    A sus pieses y los de su Sra.

    Valle Ud. a Saber

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  3. No habia escrito yo ayer aqui un post??? El calor dispersa my mint... Decia que justo al ladito hay una tienda Fred Perry que llevan unos chicos tambien muy majos, asi que no habra que perder detalle de la calle (y rimo como nadie!!!)

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  4. Errr... no. No hay ningún post en moderación de comentarios.

    En efecto, en la tienda de al lado, está Giulio Veronese, un mod majísimo originario de Roma (aunque ya afincado-en-Londres-y-de-aquí-no-me-mueve-ni-dios) al que les conminamos a invitar a unos quintos.

    A-

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